Instalar APP HOT
Inicio / Romance / Jerónimo
Jerónimo

Jerónimo

4.2
1 Capítulo
1.1K Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Joyce Miller jamás imaginó que una despedida de soltera terminaría cambiando su vida. Estar en el lugar y momento equivocado la podrán en constante peligro. Pero un peligro aún mayor invadirá su vida y posiblemente su cama. Jerónimo Rinaldi; Dios Griego deseable pero insoportable. No podrá liberarse de él tan fácilmente cuando su corazón le lleve la contraria a su mente.

Capítulo 1 1. ¿Que estoy haciendo con mi vida.

JOYCE

Malditas manias de mi padre de hacer de casamentero. Se pueden ir al carajo con su fiesta de compromiso. No voy a asistir a algo que ni si quiera pidieron mi opinión o se interesaron en saber si estoy de acuerdo. ¡A la mierda todo!

- ¡Esto es una tonteria!.- furiosa le doy un manotazo a mi maquillista que no deja de joderme la nariz con el pincel.- ¡Bianca!

Su mano se detiene a unos cuántos centímetros de mi. Le hago un ademán con la mano y ésta, desaparece de mi vista.

- Tienes que ser más delicada, niña.- mi abuela arruga la nariz cogiendo con apenas un peñisco de sus dedos el vestido que debo ponerme.- en mis tiempos esto lo utilizaría para recogerme el cabello. ¡Estas modas de ahora!

Ruedo los ojos escuchándole decir tantas cosas que se me olvidó por completo que estoy medio desnuda esperando hacer mi gran salida triunfal para por fin despedirme de Londres y escaparme a la toscana.

- Cariño, sabes que no puedes huir de tu padre y mucho menos de tu novio. Siendo honesta, prefiero que pongas fin a ese noviazgo. Algo en él no termina de convencerme y ya sabes lo que dicen. Más sabe el diablo por viejo qué por diablo.

Otra vez con el tema.

A mi tampoco. Pasó de ser el novio perfecto, cariñoso, atento y abnegado; a uno que solo infunde miedo y terror.

¿Que estoy haciendo con mi vida?

- Lo sé.- digo mientras termino de ponerme las medias de nylon.- pero ahora no quiero pensar en eso, abuela. Nina es lo único que importa ahora. Ya tendré tiempo para solucionar mis cosas.

Me regala una sonrisa no sin antes hacer su peñisco de mejillas como de costumbre.

Las abuelas y sus cosas.

- Entiendo, pero el tiempo se te acaba y las cosas podrán empeorar sino haces lo que es correcto, cariño. Solo tú puedes hacer la diferencia y poner fin a lo que tu y yo sabemos. Seré vieja pero no tonta. Y no creas que se me ha pasado por alto algunas cositas.

Solo asiento sin saber que más decir sobre el tema. La veo salir caminando con tanto glamur imaginando a mi yo en en algunos años.

- Ya sabes, nunca estuve por aquí.- dice tirandome un beso al aire.- te amo.

Respiro profundo con mi mente en blanco. No sé si lo que estoy a punto de hacer sea lo correcto pero no voy a dejar que me sigan manipulando a su antojos.

No van a poder conmigo.

Saco fuerzas de donde no tengo construyendo mi mejor sonrisa. Pido disculpas a Bianca en lo que entra para avisarme que ya es mi turno.

- No se preocupe.- corre de un lado a otro trasteando unas cosas que le faltan a mi atuendo.- pero sabe una cosa, su abuela tiene razón. Debe hacer algo al respecto, puede que el maquillaje cubra moretones pero no huesos rotos. No espere llegar a ese punto. Usted es muy bonita y cualquier hombre se rendiria a sus encantos.- trato de decir algo pero no se que. Sus manos sostienen las mías dando golpecitos.- pierda cuidado, no dire nada.

- Gracias.- Susurro tan suave que dudo si de verdad lo dije.

Me giña un ojo aplaudiendo al aire cuando ya estoy lista. Me ha dejado despampanante de la mejor manera. Hago mi ya casi acostumbrada pasarela, entre aplausos y flashes. Guardando la compostura como el resto de las modelos por la magnitud del evento. Y no es por nada, pero llevo puesto el traje más importante de la noche. Es precioso pero no es mi estilo. Ida y vuelta me detengo haciendo poses para que visualicen mejor la pinta que llevo.

Todos aplauden poniéndose de pie cuando salgo nuevamente cogida de la mano de Sophia Palmer, la diseñadora.

- Este vestido está hecho para ti.- me dice cuando la abrazo.- te queda perfecto.

Bromeó con lo que ha dicho mi abuela la respecto y la hago reír hasta que alguna que otra lágrima brotan de sus ojos.

- Encantadora, como siempre.

Me hago a un lado uniéndome al bullicio de la gente con sus aplausos. La veo hacer sus reverencias y caminar saludando alegremente a los críticos entre el público. Da la vuelta y me guiña un ojo estendiendo su mano hacia mi.

Salimos ordenadamente y ya cuando el telón ha caído las chicas emocionadas felicitan a Sophia.

- Ve a cambiarte, mi chófer te esta esperando.- mi amiga se hace cargo de algunos reporteros víp mientras yo me escapo.

Soy un manojos de nervios, pero no puedo flanquear ante nada. No puedo denunciar a Edgar sin pruebas y muchos menos dejarlo en evidencia frente a mí padre.

El viaje se vuelve largo y tedioso pero siento que puedo respirar tranquila. Sin embargo, no puedo esconderme por mucho tiempo pero sí tener tiempo para mi.

La casa de Sophia es muy hermosa y la gente que trabaja para ella muy amable. Sigo sus indicaciones y solo me dedico a disfrutar lo que la vida me está regalando en este momento. Mi padre no ha dejado de llamarme y Edgar de hacer lo propio. Sophia cada que puede me pone al tanto, y no es para menos. Al ponerla al tanto de lo que estaba pasándome no dudo un segundo en ayudarme. Por algo es mi mejor amiga.

- Buenos tardes, señorita.- me saluda la ama de llaves, dejando ante mí algo para picar mientras la cena está lista.- la señora Sophia estará al llegar.

Le agradezco mientras mis ojos se pierden en el atardecer. Sus tierras son amplias y tiene un extenso viñedo que sus colores se mezclan con las montañas. Simplemente hermoso y la paz que se respira es mágica. No he dejado de dar paseos hasta caer tratando de aclarar mi mente. Todo es tan bonito que no me alcanza el día para explorar.

- Te sientan muy bien estos aires.- pego un brinco cuando escucho la voz en susurro de Sophia. Estaba tan concentrada disfrutando de las vistas que no la sentí llegar.- ¿como estás?

Me pongo de pie devolviendo su abrazo. Me hace girar sobre mis pies y luego de vuelta a sus brazos.

- También pienso lo mismo.- la veo acomodarse en la silla frente a mí.- quizás este escape se prolongue más de lo pensado, mientras me dejes quedarme un poco más, por su puesto.

Se ríe metiéndose una uva en la boca.

- Por supuesto, todo el tiempo que necesites.- se que me está dando mi espacio, pero en cualquier momento me va a dejar caer la realidad.- ¿Que piensas hacer con tu vida?

- Lo he pensado mucho y creo que lo mejor es decirle la verdad a mi padre. Se que no se lo tomará de la mejor manera pero no puedo seguir con esto.

La cena llega e inmediatamente mi boca se hace agua por los aromas que desprende. Dios, gracias por la existencia de la pasta. Saboreo los fetuccini y siento que voy a morir por tanta delicia.

¡Esto es la gloria!

- De acuerdo.- mi amiga me mira divertida mientras no dejo de soltar gemidos agradecida por la atención recibida.- Nina decidió adelantar la despedida de soltera.

- ¿Por eso estas aquí? Ya le dije que viajaría para estar con ella.

- Lo sé, ella decidió adelantarla y hacerla en sicilia. Estuve de acuerdo con ella.

- Todo es mi culpa.- murmuro dejando a un lado los cubierto.- lo siento.

- Oye, tu prima lo esta haciendo porque quiere que estes con ella. No pienses que no haremos lo que sea por ti. Yo no llevo tu sangre pero te considero mi hermana.

Le agradezco de corazon y nos ponemos al dia con tantas cosas. La cena de compromiso fue un atentico fracaso, Edgar no sabia que decir ni a su familia ni a la prensa por mi ausencia. Y mi abuela casi tira de las orejas a mi padre. Sophia solo asistio para guardar sospechas y una vez que puso el pie en el salon no dejaron de bombardearla a preguntas.

Teminamos la noche con par de botellas de vino y riendo de una que otra cosa que nos olvidamos de todo lo que nos rodea hasta que nos sorprende el amanecer.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY