Nuestro Propio Destino

Anónimo.

Y ahí me encontraba yo, en mi habitación sola y en silencio, lo único que se escuchaba era cuando sollozaba.

Todo se tornaba en una tonalidad grisácea, los minutos, las horas, los días y las semanas, una tras otra. Todo cambio y no como me hubiese gustado.

Hubiese preferido otra vida, otro mundo, otra tortura, otra familia...

Pero no, el destino tomo la decisión de darme otro camino, una vida que para ser sincera, no creo merecerla y si en mi otra vida hice algo malo, le pido al karma que no me las cobre, aún no, si quiere acabar conmigo, está bien, pero que tenga compasión, que la tenga, ya que no soy consiente de mí yo en estos momentos y mucho menos de mí yo, en la otra vida.

Sin embargo, aquí estoy, pagando tal vez una deuda pendiente o que sé yo, tal vez estoy pagando por adelantado, alguna que e de hacer.

Me encuentro llorando amargamente, una pelea más, no resta solo suman, lo peor es que me encuentro en medio de una guerra que ni siquiera es mía, una guerra que intento día tras día parar, pero ¿qué puedo hacer yo?, cuando ni siquiera la guerra es mía.

Un día más viviendo en una oscuridad y soledad, una oscuridad a la cual siento tan cómoda y una soledad que me resulta cada vez más agradable.

Yo veo por ellos, pero ¿quién ve por mí?, bueno es algo a lo cual prefiero dejar, a veces me pongo a pensar en una frase que yo en mi oscuridad y experiencia cree...

Primeros pasos.

La vida es dura, hay que saber avanzar,

como cuando dimos nuestros primeros

pasos. Siempre hay algo nuevo por descubrir.

~ Lore Moreth ~

Y tengo razón, la vida nos pega duro, a todos, no hay excepción, no hay favoritismos, no hay nada. A si es esto. Por eso hay que ser inteligentes y saber como avanzar.

A demás hay mucho por descubrir y yo lo estoy haciendo tal vez no de la peor manera, pero tampoco de la mejor.

Pero un día todo cambiara y tengo fe, no sé como ni mucho menos cuando, pero sé que en algún momento algo pasará y entonces probablemente se desatara el caos.

He estado en mi habitación toda la mañana, observando el amanecer, hasta el atardecer, justo ahora observo el atardecer con anhelo, contemplando los colores, lleno de colores no muy vistos y sintiendo tranquilidad, una que no siempre tengo.

Ellos no están, discutieron como siempre y tomaron caminos separados. No sé donde se encuentran, salieron y me dejaron aquí.

Admitió que no estoy asustada, al contrario, estoy feliz, estoy sola y me encanta, no tengo que parar peleas o recibir algún insulto o algún empujón, estoy en paz, con mi soledad, en compañía de un buen libro y disfrutando la vista.

La tarde pasa tan rápido, como un suspiro o es que así lo siento yo. Mi tranquilidad es interrumpida por un sonido ensordecedor, gotas de lluvia empiezan a caer y resbalarse por mi gran ventana, me asusto un poco, pero me calmo cuando veo que solamente es eso. Tomo una manta y la coloco en mis hombros, tapándome del frío.

Después de unos minutos se escucha un nuevo sonido, el cual proviene de la sala, la puerta suena y sé quien es o mejor dicho quienes, los escucho gritar como es ya de costumbre. Mi tranquilidad desaparece, todo pensamiento bueno y lleno de tranquilidad se va, se evapora y ahora me invade el miedo, en todo mi cuerpo se funde el miedo, en cada célula de mi cuerpo, no pienso, solo escucho y eso es lo peor. Algo saldrá mal, siempre sale algo mal.

Unas horas después

Todo termino por hoy, nada más por hoy, ellos discutieron, como es de costumbre, llegaron a los golpes y tuve que meterme, salí con algún golpe, pero los controle. Estoy de nuevo en mi cuarto, ella está aquí, llorando sin ninguna vergüenza, yo la abrazo y hago que se calme.

Ambas dormimos, ella en mi cama y yo en un rincón de la habitación sollozando, mañana será otro día, uno más, el cual no quiero que llegue, no quiero más, pero este es mi mundo, mi lugar, mi hogar... O eso creó.