EL AMOR QUE TU MATASTE

Solo jadeos se escuchan en toda la habitación, en la penumbra de la noche dos cuerpos unidos por el placer de compartir el deseo de liberar toda la tensión acumulada tras horas de trabajo y reuniones que los llevan a juntarse para juntos llegar al éxtasis en mutuo acuerdo o al menos eso es lo que ella cree.

"Te amo Cam" se escucha una voz muy sexi y varonil que causa que ella se tense por un instante en que detiene sus movimientos y caricias pero decide continuar con su cometido y arruinar su momento de liberación tan solo por un desliz imprudente de su parte, ya lo aclarará, por ahora guardará silencio, así es mejor.

Unas cuantas embestidas más y las caricias en esas zonas que tanto conoce y sabe que la hará llegar al límite del placer con un par de mordiscos no tan fuertes como para lastimar, solo para que logré enloquecer sus sentidos y ambos llegar al clímax de su pasión.

Unas cuantas embestidas más y ambos gritan de placer bañándose en su escencia y reganlándose un beso de agradecimiento por las horas compartidas el uno junto al otro.

Ella se tumba sobre el brazo extendido de su compañero de cama con quién suele juntarse de vez en cuando solo para compartir momentos íntimos como este y cumplir con el trato que ambos tienen.

Después de unos minutos de silencio y recuperar el aliento y gozar lo que quedó de su orgasmo, ella se pone de pie y va a la ducha para darse un baño y limpiar los restos de su compañero que han quedado en su intimidad y su

Ella ama como el la hace sentir, claro que lo desea, por eso goza estos momentos que comparte con él y aunque no quiere que acabe, sabe que no puede retenerlo, no hay amor que los ate y ella no puede amar, aunque a veces desearía hacerlo, pero es un sentimiento que perdió hace mucho tiempo perdido hace mucho tiempo y no le hace ilusión el volver a sufrir por eso.

Entra a la ducha y espera que el agua caliente despeje todos esos pensamientos y recuerdos de un pasado que aún la ata y quiere venganza, estos años han servido para llegar muy lejos lejos, más halla de lo que muchos imaginan y del que solo su compañero de cama sabe, ya que el es quien le ayudó a llegar donde está, aunque tuvo que refrenar muchas veces sus actos imprudentes.

Está en la ducha recordando esas caricias vacías de afecto que una vez amó y aunque no la hacían sentir nada de placer, simplemente deseaba complacer los deseos de su gran amor , dejando de lado sus propias frustraciones sexuales.

Sus recuerdos son interrumpidos por esas caricias y mordidas en la espalda que tanto le encanta, deshaciendo así todos sus malos recuerdos y llevándola nuevamente a los límites de sus deseos sexuales, por qué con el puede ser quien ella quiere ser sin temor a ser jugada o rechazada, solo debe ser ella misma, tal y como le ha enseñado su compañero de cama

"Vamos cariño, sólo una vez más, déjame escuchar tu voz, déjame escuchar como gozas de mis caricias, muéstrame que lo estoy haciendo como te gusta" habla con esa voz que tanto me gusta y del modo que me gusta mordiendo el lóbulo de mi oreja, llenándome de jadeos que salen de mis labios.

Me penetra desde atrás, tomando mis pechos cuál si fueran dos pelotas anti estrés pero me encanta todo lo que hace, porqué me gusta que me toque con rudeza pero sin llegar a lastimar de verdad, solo la fuerza suficiente para llevarme al límite.

Me encanta las palabras sucias que usa durante nuestras actividades sexuales porque me demuestran cuánto me desea y la forma como explora todo mi cuerpo es única.

Toma todo mi cabello para un lado llenado de pequeños mordiscos todo mi cuello sin dejar de moverse dentro de mí, y su

De restregarse en mi espalda, sentir su calor, sus manos, su mordiscos y su amigo dentro, todo me llena de placer y sus jadeos que me dicen lo tanto que está disfrutando de todo su saqueo llenando de confianza mi herido corazón.

Después de tanto tiempos de estar bajo el agua y girar un par de veces para cambiar de posición

Y llenar sus labios con mis pezones y sus manos en mis glúteos con esa forma de manoseo durante el acto demostrando cuánto disfruta de mi cuerpo y esa sexi sonrisa que me muestra cuándo me escucha gritar su nombre y pedir más de él y la reina como complace cada uno de mi deseos y caprichos llevándome a la gloria de placer.

"Vamos Cam, di que sientes lo mismo, di que me amas como yo lo hago" pronuncia arruinando el momento.

Me detengo y el sabe que no puedo amar, no aún, no sin cerrar las heridas del pasado.

"Lo siento" pronuncia sin retirarse, sin salir dentro de mí.

"Por favor" le digo en súplica "no puedo, aún no" y el comprende, no se hasta cuándo, no se hasta que punto puede aguantar a esta mujer herida y sus inseguridades, "pronto todo acabará, pero no me presiones" le pido mirando ésos azules océanos que sin sus ojos y que me han regalado los mejores años a su lado.

"Te quiero y lo sabes, te deseo cada noche y me gustas tanto, pero aún no estoy lista para amar, no de la forma que te lo mereces" me sincero cómo lo he hecho desde que nos conocemos de esta forma tan íntima.

"Aún lo amas?" Pregunta con temor en su voz.

"No, hace mucho qué dejé de amar" respondo

sin dejar de mirar sus azules orbes para que vea que no miento cuando le hablo de mis sentimientos.

"Entonces solo deja que te ame" responde sin salir de mi interior, volviendo a moverse despacio y aún más profundo si aún se puede.

"Desearía amarte como lo mereces y olvidar todo antes de conocerte, mereces lo mejor del mundo y yo no lo soy" respondo tratando de al menos llenar de placer su escultural cuerpo atlético que me carga como si no pesara nada en sus brazos.

"Me basta con que desees estar conmigo así como ahora y no te tenga que compartir con nadie" comenta en mis labios, mientras lame y muerde cada uno de ellos.

"Más... de lo... crees" respondo entre jadeos de placer.

Terminamos como siempre entre gritos y con una sensación de calma, porque eso logra en mí, calmar todos mis mounstros y reemplazándolos con esperanza que mañana todo cambiará.

Terminamos de bañarnos entre caricias compartidas y besos cargados de agradecimiento por sus cuidados y por una increíble noche.

Tamos las toallas y secamos nuestros cuerpos y cabellos entre sonrisas cómplices antes de meternos en la cama así desnudos como siempre, porque hemos aprendido que nos gusta sentir la piel del otro para dormir en paz.

Me acomodo en sus brazos dándole la espalda y sus manos en mis pechos, sintiendo su amigo en mi tracero, es una sensación que solo con él e compartido y que me agrada mas de lo debido.

Después de unos minutos siento su respiración constante y me pierdo en un maravilloso sueño a su lado, con el pensamiento 'desearía amarte más de lo que crees.'