/0/9007/coverbig.jpg?v=d7f32478b5e217ddea6a51d9bc759896)
La vida de Sydney Carolina cambio en el momento en que pensó haber matado a su padrastro, huir y no volver, creyó ser la solución. Pero no todo es como parece, se enamoró de quien no debía y de ese sí que no podía huir. ¿Que pasara cuando se sepa la verdad? ¿Cuando todos te crean culpable y no confíen en tu inocencia? ¿Huiras de nuevo, o te enfrentas a tu pasado?
Lo supe en el mismo momento que mi madre trajo a ese hombre a casa. La vida me iba a cambiar y no para bien.
-No te me acerques, no te atrevas a dar un paso más hacia mí. -Comenzaba a desesperarme.
- ¿Qué vas a hacer, linda? -Preguntó aun mirándome de esa manera que siempre lograba asustarme.
Estaba entrando en pánico, como lo hacía cada vez que él me miraba con su cara de pervertido, pero esta vez era diferente, con solo mirarlo lo pude ver en sus ojos.
Hace cinco meses mi madre decidió traer a su supuesto novio a vivir a la casa, desde esos mismos cinco meses no pude dormir tranquila, pero mi madre, a pesar de ser buena persona, es muy confiada, y creo que está tan enamorada -o eso cree ella-, que cualquier cosa que yo le diga, no me la creerá. Pero esta vez está siendo diferente...
-Por favor, aléjate. -Supliqué una vez más.
Veía que cada vez estaba más cerca de mí y esto me estaba alterando aún más. Mi mente no sabía cómo reaccionar, más que suplicar que no se me acercara, hasta que lo sentí. Me tenía agarrada del cuello y podía sentir ese olor, ese horrible olor a humo, confirmando que estuvo fumando y eso no es buena señal.
Mi instinto me decía que huyera, pero no podía zafarme de su agarre, empecé a moverme intentando salir corriendo, pero me sostenía aún más fuerte. El asco llegó, fue cuando sentí que empezó a besar mi cuello. Grito y pido ayuda, pero sé que nadie me escuchará, ya que nuestra casa está un poco lejos de las demás. Mi madre así lo quiso y se me están acabando las opciones.
Alcanzo a levantar los pies lo suficiente, por el hecho de que lo tengo encima, presionándome contra la mesa que se encontraba cerca de la cocina, le doy una patada en donde sé que más le dolerá, tomo ese momento para intentar correr, pero no soy lo suficientemente rápida, ya que me agarra por el pelo y me vuelve acorralar encima de la mesa.
-Perra ¿Qué te pasa? No vuelvas a pegarme -Me insulta sin dejar de presionar mi cuello.
En ese instante sentí su puño en mi cara. Estoy segura de que me dejó un gran moretón, pero eso deja de preocuparme en el momento que introduce su mano dentro de mi blusa e intentó sacarla. Miro a todos los alrededores, inconscientemente buscando ayuda, hasta que creo encontrarla.
Sin que se dé cuenta, ya que el malnacido estaba intentando abusar de mí, logro zafar una de mis manos, y alargar mi cuerpo hasta alcanzar aquel viejo jarrón de barro que mi madre tiene de adorno de cuando le gustaba la artesanía. Si mi instinto no me falla, supongo que estaré en problemas, pero nunca peor que este.
Tomo el jarrón y le pego lo más fuerte que puedo en la cabeza, hasta que lo veo desplomarse en el suelo. Sangre sale por su cabeza y lo peor es que no siento remordimiento. Algo en mí era consciente que en esta situación era él, o yo.
El detalle más grande en este momento es que sé que mi madre no lo verá de esa manera. Para ella, yo siempre he tenido un problema con su novio. Tal vez el hombre ahora esté muerto por mi culpa, eso pensará mi madre, pero de algo estoy segura, no me quedaré a averiguarlo.
Aún seguía con los nervios de punta y al borde de un colapso, pero debía ir por mis cosas e irme antes de que mi madre llegara. La amo mucho, pero dudo que ella me perdone por esto. Entro a mi cuarto, saco algunas de mis cosas más necesarias, saco también mis ahorros de toda la vida con los que suponía entrar a la universidad y que ahora servirán para salvarme la vida y sacarme de esta.
MESES ANTES
Llego muy cansada de mi trabajo, había empezado uno nuevo como ayudante en una tienda telefónica, como ayuda técnica, siempre fue algo que me gustó mucho, incluso estaba reflexionando ir a pedir requisitos para ingresar a la universidad. Voy directo a mi cuarto a guardar bien mi pago de la semana, yo sé que algún día cumpliré ese sueño de ir a la universidad y ser todo lo que quise ser. Podía ver mis sueños cerca.
-Sydney...
Mi madre al parecer también había vuelto de su trabajo, tengo que contarle algunas cosas y espero que me apoye para ir a la universidad. Salí casi corriendo de mi cuarto para dirigirme hablar con mi madre, pero me sorprendió verla acompañada porque era muy raro mi madre llegar con alguien a casa.
- ¿Mamá? -Pregunté sorprendida.
- ¡Ah! Hola hija, ven aquí, quiero presentarte a alguien. Él es Andrés, es mi novio...
¿Su novio dijo? ¿Desde cuándo mi madre tiene novio? -Me pregunté.
Mi cara de sorpresa fue difícil de ocultar, no es que me importe que mi madre tenga novio, pero no se supone que porque no me importa, debía traerlo a mi casa.
-Así que tu novio. No quiero sonar mal educada, pero ¿Qué hace aquí? -Expresé un poco despectiva.
-Hija, pues sí estás sonando de esa forma. Pero bien, Andrés va a venir a vivir con nosotras -Dijo como si aquello fuera cualquier cosa.
-Perdón ¿Eso por qué mamá? No necesitamos a nadie más aquí en la casa. Estamos bien ambas, solo tú y yo -Hice notar mi molestia.
-Perdón que me meta, pero creo que eso quien lo decide es tu madre, ¿no? -Intervino el muy descarado y desde entonces supe que no me caería nada bien, y no tenía que ser sabia para saberlo, no es el tipo de persona que se gana el respeto de los demás tan pronto.
Hasta que sale el susodicho, aunque sea para intervenir con algo que no le importa.
-Pues no, esta también es mi casa y esto no me parece. Mamá, no puedes traer a vivir aquí a un hombre ¡Un desconocido! -Exclamé más molesta de lo que debería y en parte ofendida.
-Ya basta Sydney Carolina. Andrés se queda y punto -Sentenció.
En ese momento me di cuenta de que la pelea sería en vano, ya mi madre había decidido y no tuve de otra que aceptar, pero sin estar de acuerdo.
Ya no quería decir nada mas, solo aceptar que esta vez perdí yo y que nadie la haría moverse de su postura.
¿Cómo se tortura a otra persona? Para Vincent, se trataba de atraparla en un matrimonio sin amor y llenar sus días de humillación y miseria sin fin. Estaba convencido de que la traicionera Kaitlin se lo merecía todo, y nunca se arrepintió de sus actos... hasta que estuvo ante su tumba. Kaitlin tenía veinte años cuando se enamoró de Vincent. Pasó los tres años siguientes como su humilde y dócil esposa, ayudándole a alcanzar la gloria mientras aguantaba su despiadado rencor. "¿Amor?", él se burló de ella en sus últimos momentos. "Nunca hubo amor entre nosotros". ¿Cómo se destruye a otra persona? Para Kaitlin, era hacerle comprender que se había forjado una tragedia a sí mismo. Cuando Vincent supo la verdad sobre lo que siempre había anhelado, ya lo había arruinado con sus propias manos.
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
"Estaremos casados por sólo un mes. Después de eso, nos divorciaremos de inmediato". A pesar de que su bisabuelo había arreglado su matrimonio antes de nacimiento, él no creía que una mujer tan informal y movida como ella merecía ser su esposa. Poco sabían en aquel entonces que estaban destinados a estar juntos. Hiram, el CEO joven y apuesto que nunca sintió atracción por ninguna mujer, y Rachel, la belleza que de alguna manera traía mala suerte a todos los hombres con los que salía, se casaron, contra todo pronóstico. ¿Qué será de su vida de matrinomio?
Henrik, un joven paranoico de una familia rica, creía que las mujeres eran oportunistas y materialistas. Y por eso que consideraba a Noreen una mujer frívola que lo desdeñaba por su discapacidad. Para vengarse de la muchacha, se disfrazó de mecánico de automóviles y se casó con ella. Al principio, se puso la máscara de un esposo amoroso que se preocupaba por su esposa, pero en realidad, no sentía nada por ella. Todo era una estratagema para que ella cayera en su trampa. Sin embargo, una cosa llevó a la otra y el plan de Henrik lentamente se salió de su control. No fue hasta que finalizó el divorcio que se dio cuenta de lo tonto que había sido. Comprendió que Noreen no era como otras mujeres en absoluto y que estaba locamente enamorado de ella. Hizo todo lo posible para recuperarla. Pero Noreen frunció el ceño y se burló: "Señor Sanchez, debes haberme confundido con otra persona. Nunca me casé contigo. Mi exmarido era solo mecánico de autos, y tú eres el hombre de negocios más rico del país. No creo que comparten ningún parecido entre ustedes dos. Por favor, te agradecería que dejaras de molestarme". Devanándose los sesos para encontrar la forma de reconquistarla, Henrik soltó: "Para ti, puedo volver a ser ese mecánico de autos. Estoy dispuesto a renunciar a todo lo que tengo para reparar los daños. Por favor, regresa a mí, cariño". Eso dejó a Noreen totalmente soeprendida. ¿Qué le estaba pasando a ese hombre arrogante?
Todo comenzó cuando ella pilló a su prometido poniéndole los cuernos con su hermana. La vida de Yvonne cambió completamente después de aquella noche desgarradora. Con el corazón roto, se emborrachó y entró en la habitación equivocada. Se entregó a un hombre desconocido. Peor aún, su padre la repudió porque quedó embarazada fuera del matrimonio; sin tener otra opción, se fue al extranjero con la determinación de tener éxito y vengarse. Seis años más tarde, regresó al país como una exitosa doctora y madre de un niño genio. A la tierna edad de seis años, Aiden ya era uno de los mejores hackers del mundo. Obtuvo la lista de los solteros más elegibles de la ciudad. Un día, le preguntó a su madre: "Mami, puedo ayudarte a encontrar un novio. ¿Qué tipo de hombre te gusta?". Yvonne, que no tenía interés en los hombres, sólo fingió pensarlo. Antes de que pudiera responder, un hombre dijo: "Aiden, soy tu padre. ¿Por qué estás contra mí?". ¡Y así, la misión de reunir a sus padres comenzó oficialmente!
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?