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Historias Candentes de Amor de una noche

Historias Candentes de Amor de una noche

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Acerca de

Contenido

Este libro describe las historias reales vividas por tanto hombres y mujeres, sin embargo sus protagonistas no tuvieron la suficiente valentía de contar sus historias al mundo real, si no que se guardaron los hechos como recuerdos irreales de un sueño obtenido en una noche de sueño mojado. Deslumbra con las historias de pasión y sexo de personas que a simple vista no parecería haber vivido estos episodios fogosos y llenas de fuegos.

Capítulo 1 La primeras vez de Jona

A sus 19 años, Jona no había experimentado ni siquiera el contacto de piel a piel con alguien mas, por lo que a veces añoraba a tener esa experiencia, sin embargo parecia que a nadie le gustaba ella, y así mismo a ella no le había llamado la atención ningún chico, o ¿ sería una chica?

Sumado a eso, Jona no tenía amigos, no pertenecía a un grupo social, iba y venía de la escuela hasta que terminó sus estudios de secundaria, de eso ya había pasado un año, Jona no era de familia rica, su familia era de clase trabajadora, en principio, a Jona eso la molestaba, pero justo al cumplír sus diesiseis años, ella tuvo que salir a conseguir un trabajo informal.

Cuando Jona empezó a trabajar en la fábrica de juguetes de los Kerlis, solo había interactuado con la pareja de matrimonio, en este caso Jona no sabia de la existencia del hijo de 23 años, quien vivía en otro estado del país.

Durante el año que llevaba trabajando Jona, nunca había visto a Leny, el hijo de los dueños, hasta tiempo después cuando se quedara accidentalmente encerrada en la bodega, después de un tiempo que ella llamara y no acudiera nadie a ayudar, se dió por vencida y se acostó a descansar.

Más temprano ese día, Leny había llegado a la ciudad, sus padres lo habían invitado al cumpleaños de uno de los dos, en este caso era la de su madre.

Así es como Leny se acordó que él había guardado en la bodega unos jugosos vinos fermentados desde hacía ya cinco años.

—Enseguida vengo Papá, mamá –dijo Leny desapareciendo de la vista, Leny llegó a la bodega y abrió la puerta, entró y no vio nada inusual, luego se acercó hacia los barriles de vino, sacó en un recipiente un poco de vino, lo probó, lo encontró muy exquisito, probó más, al volver su mirada por un ruido, encontró su vista con un bulto en un rincón, se acercó y vió que era una persona, al acercarse se dió cuenta que era una hermosa mujer.

Sin darse cuenta, Leny se sintió atraído a Jona, se acercó más y acarició su muslo descubierto, Jona estaba dormida, pero despertó con el toque de la mano de Leny, sus ojos chocaron y se pudo deslumbrar chispas de fuego en sus miradas.

—¿Quien eres? –cuestionó Jona sin saberse controlar su sobresalto del corazón.

—Soy Leny, soy el hijo del dueño de esta fábrica. —aclaró su identidad a la chica.

—¿El hijo de don Frank y la señora Leticia? –puso cara de sorpresa.

—No sabía que tenía un hijo grande. —profirió Jona, a lo que Leny asintiera que así era.

—Si –respondió, pero los ojos de Leny bajaron de sus ojos al pecho de Jona, Jona lo tenía bien grande sus bubis, sus piernas eran alargadas y bien formadita.

—Sin dudas eres una mujer hermosa, tu novio ha de cuidarte bien. —hizo el comentario fuera de lugar el hombre joven.

Jona chasqueó la lengua y se puso de pies, siendo así ella no estaba para nada cómoda, le dijo al hombre obviando su comentario por encima, pues no le causó gracia.

—Por si te interesa, quedé encerrada al venir a guardar los últimos productos, llamé y nadie acudió a mi ayuda, trabajo aquí para los señores, ¿tus padres dices que son? —preguntó Jona como si dudara de la palabra de Leny.

Leny respondió rapido a la duda de Jona, pero también volvió a sacar fuera sus pensamientos en ese momento.

—Son mis padres, vine porque está de cumpleaños mí madre. —Jona sabía de esa información, así que no podria dudar de la palabra de Leny.

—Me has endurecido la picha, míra como se ha puesto mi amigo aquí entre mis piernas. –señaló Leny.

Es cuando Jona fijó los ojos en el abultado que llevaba Leny entre sus piernas.

Hizo un gesto de exclamación al ver semejante paquete, a Jona le dio ganas de tocar ahí, se puso roja de tanta vergüenza que sintiera.

Leny se dió cuenta de su reacción, tuvo una sonrisa sutil, se miró pícaro y dijo a Jona como sugiriendo.

—No sientas pena. Estamos aquí solos, somos adultos y estamos desbocados.

—Lo estarás tú. —dijo Jona.

Se volvió a reír sutilmente, pero Jona se volvió y le gritó al hombre.

—¡Eres un pervertido! –a lo que él hombre le dijo:

— Dejaré la puerta de la bodega abierta, te pediré que te quedes, voy a llevar el vino a mi madre, volveré en un momento para que nos demos una revolcada de esos que no lo olvidaremos. Entenderé si te vas. —explicó Leny antes de salir por la puerta.

Dos horas después, Leny regresó a la bodega, para su sorpresa, ahí seguía Jona, estaba dormida, al verla ahí, Leny sintió una alegría, fue al baño y se enjuagó rápidamente, al volver con una toalla en la cintura envuelta, se le veía los bíceps, su cuerpo era sano y bien cuidado, ejercitado, al acercarse Jona ya había despertado, estaba nerviosa, tenía miedo, pero era más fuerte las ganas que le había nacido y se quedó para probar el hueso duro del desconocido hombre.

Leny la miraba, pues la veía demasiado nerviosa, él si quería con ella, pero no la iba a obligar.

—No te pongas así, no estoy aquí para obligarte aunque me gustas —para Jona, era la primera vez que alguien le dijera “me gustas” así que ella se deslumbró. Ella dijo:

—¡Espera, no te vayas! ¡si quiero hacerlo contigo! —dijo sintiendo vergüenza.

Al oírle, Leny se suspendió tan pronto, se dió la vuelta y la miró. Sus ojos denotaban deseo, mucho deseo por poseerla, se acercó y Jona empezó lentamente a acariciar con las manos su bíceps, no podía creer que hiciera eso, tampoco que atrajera a un hombre así de atractivo como Leny. Ella gimió sin querer, pues con solo el hecho de tocar y acariciarlo, sentía enorme placer.

Leny tan pronto tomó la mano de Jona y lo llevó a su boca besándolo suavemente, después bajó la mano de Jona a sus partes íntimas haciendo que tuviera contacto con su polla.

Jona estaba tan nerviosa, pero valentona seguía agarrando el grosor de aquella pulla entre sus dedos masajeándolo, ella de repente le dió la gana de besar en la cabezota de aquel pene.

Así lo hizo, le dió besos tras besos hasta que Leny se estaba volviendo loco del placer por que la chica con cara virginal y pura, lo estaba masajeando con sus labios carnosos.

Después de que Jona terminara de besar y apenas rozar entre sus mejillas aquel pullo, Leny pudo darse cuenta que ella no era para nada experta a dar placeres, él pensó que sería mejor si él fuera el que diera placer a l mujer.

Dejó caer la toalla y levantó a Jona en brazos y bajó a una habitación extra, pero abajo en el sótano, Jona ignoraba esta parte de la bodega. Ahí al bajar sus ojos pudieron percibir una habitación lujosa con todo acomodado.

La llevó hasta una cama redonda y la acostó, al ver desde el ángulo del suelo el cuerpo desnudo de Leny, Jona pegó un chirrido de voz, él le acarició sus pies y empezó a chupar los dedos de Jona, Jona sentía que la correntada de electricidad recorría todo su cuerpo, podía morir sintiendo todo esto.

Tan pronto como viera al descubierto el arsenal del hombre, Jona sentía que le asustaba, pues tenía un crecimiento espantosamente grande, podía decirse que le media unos ¿ 25 ó 30 centímetros? No podía asegurarlo, pero él dijo:

—No te asustes, te lo voy a dejar entrar al suave.

—Nunca lo he he hecho con nadie. – dijo ella.

—¿Es en serio, tu tan hermosa y no tienes dueño? — ante sus palabras Jona se enojó y dijo:

—Nunca nadie es dueño de otras personas, Solo son decisiones conjuntas para querer vivir en exclusividad con otros. En Este caso, soy yo quien no había deseado a nadie, no quiere decir que deba tener o no dueño.

—Entiendo –dijo Leny mientras seguía chupando los dedos de los pies de Jona quien se retorcía de placer y correntadas de adrenalina.

Como Jona estaba tan deseosa de tener a Leny dentro de ella, ella lo jaló al hombre y empujó con sus piernas hacia adentro acercándolo más. El gritó con frenesí.

—Oh, eres una tigresa, yo pensando que eras cachorrita pequeña.

—Puedo ser lo que quieras que sea, ahora mismo soy una tigresa con hambre de querer comer esa carne. —dijo pícaramente.

Al escuchar esto, por supuesto Leny se puso como un loco desquiciado, él puso la punta de su hueso de carne en el centro de Jona y empujó hacia adentro sintiendo de inmediato el bloqueo hacia su interior.

Jona estaba ansiosa, deseosa, apasionada, lo quería sentir dentro de ella, así que bitoriaba y animado con las frases de “dame duro papi “ Leny se dejó ir con fuerza cuando momentos antes había prometido darle al suave y solamente la puntita.

Después de que Jona gritara de dolor, Leny empezó a darle algo suave, la entrada era nula, ella estaba sellada totalmente, así que bajó al pozo cerrado y empezó a lamer con su lengua lo que volviera loca a Jona, después empezó a chuparle suavemente con su boca y sus labios le acariciaba su clitoris. Jona estaba hecho un guiñapo de trapos sus piernas temblaban del placer que le proporcionaba ese acto.

Un momento más después, Leny subió arriba de Jona y besó su boca amarrando y desamarrando sus lenguas, luego se empujó suavemente una y otra vez en la panocha de Jona, a ella le dolía, pero le causaba placer también.

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