/0/9600/coverbig.jpg?v=3e80c73a8b32200e6bdc149b487327c9)
Mi nombre es Lisa, y esta es mi historia. No sé cómo ni por qué caí en una película noventera de zombis. Mi única intención era salir viva de aquí o por lo menos regresar antes de que las cosas se pusieran mal. Sin embargo, mi estadía se hizo más larga de lo que pensaba. No solo debo sobrevivir hasta el final, también quiero salvar al grupo que en la película original no sobrevivía. ¿Será posible que lo logre?
La tensión era obvia, el grupo de jóvenes se encontraba atrapado en el pasillo mientras aquellas carnívoras bestias gruñían y somataban la puerta en busca de comida.
-Vamos a morir. Este es nuestro final. - Sollozaba la rubia mientras apretaba el brazo del rubio.
-No, no puede ser este el final. - El cerrojo estaba cediendo, en cualquier momento serían mordidos.
-Aaaahhhhhh. - El grito de mi estúpido hermano hizo que pegara un brinco y al mismo tiempo le diera un golpe con el control remoto en la cabeza. Él se quejó, pero yo le di otro.
-¡Eres un idiota! ¿Por qué hiciste eso? - Henry acarició su cabeza mientras hacía una mueca y me veía con sus ojos entrecerrados.
-¡Eso me dolió! - Exclamó mientras me quitaba el mando.
-¡Casi me provocas un infarto! - Coloqué mi mano sobre mi pecho intentando calmarme. Por eso no me gustaba ver películas de terror en la sala. Mi hermano nunca me dejaba en paz.
-No seas exagerada. No entiendo por qué ves películas de terror si siempre te asustas.
-Cállate. - Tomé el mando y apagué el televisor. -¿Qué es lo que quieres? Creí que estarías con tu novia.
-Así era, pero su padre llegó. - Rodé los ojos para nada sorprendida por sus palabras. ¿Quién lo mandaba a ir a escondidas?
-¿A qué hora volverán papá y mamá?
-Se supone que a las once. - Miré mi reloj. Apenas eran las ocho con treinta minutos.
-Bien, pediré pizza. Termina de ver tu película.
-¿Para que me asustes de nuevo? Olvídalo. - Me dejé caer en el sofá y saqué mi celular para buscar el nombre de la película que estaba viendo. El nombre era: "Los muertos regresan" de 1992. Al encontrar el nombre vi que no era una película muy conocida, sin embargo, tenía una trama buena, típica de los noventas. Al parecer, al final todos morían infectados. Solté un suspiro para nada sorprendida por el final. Era una película de zombis después de todo. El final podían haber uno o dos sobrevivientes o ninguno.
Dejé caer el celular mientras cerraba los ojos. Me sentía cansada. Estaba en mi último año de escuela. El próximo año entraría a la universidad si es que lograba aplicar en alguna universidad.
La semana de exámenes había terminado, por lo que mi mente y cuerpo lo único que pedían era un poco de descanso. Sin embargo, no noté en qué momento me quedé dormida.
El sonido de un trueno y la luz de un rayo causó que abriera los ojos rápidamente. Pegué un brinco aterrada por la situación. Al estar completamente despierta noté que no había luz. Busqué mi celular y vi que eran las once de la noche. Fruncí el entrecejo confundida. Era extraño que ni mi hermano me despertó para comer. Tomé mi celular y me levanté del sofá para dirigirme a la cocina, tenía hambre. Sin embargo, en ese momento noté que la cocina no estaba al lado de la sala. Si no que había un comedor.
Encendí la linterna y observé que el lugar no era mi casa. El comedor era amplio con un mantel de cuadros verdes con blanco y un frutero por en medio. Al fondo estaba lo que era la cocina. Muy colorida para el gusto de mi madre.
Me asusté en serio. No sabía en dónde estaba, todo esto era muy extraño. ¿Cómo había llegado aquí?
Decidí seguir avanzando, esto debía ser alguna especie de sueño. Sin embargo, antes de poder dar otro paso la luz sobre mí se encendió. Miré arriba y luego a un lado encontrándome con un joven de cabello rubio y ojos azules que me observaba con los labios entreabiertos y los ojos de par en par igual que yo.
-¿Quién eres? - Me preguntó. En ese momento noté que tenía un bate en sus manos.
-Tu quién eres. - Murmuré sintiéndome en pánico.
-Soy el hijo de los dueños de esta casa. - ¿Hijo? ¿Había dicho hijo? No podía creerlo. Sin embargo, al enfocar bien la mirada en él, me di cuenta de que el rostro del muchacho yo lo conocía muy bien. Era Riley, el protagonista de la película "Los muertos regresan."
Pero eso no podía ser, eso significaba que yo...
-No puede ser.
-¡Dime quién eres y qué haces aquí? - Exigió elevando la voz. Tragué nerviosa pensando en cómo explicar algo de lo que ni yo tenía idea.
-Ah yo...
-¡Habla! - Levanté ambos brazos.
-¡Tranquilo! ¡Yo tampoco sé que estoy haciendo aquí! Hace solo unas horas estaba viendo una película de zombis, me quedé dormida en el sofá luego de que mi hermano me asustara y cuando desperté estaba aquí. - El chico suavizó su agarre. Sin embargo, aun no estaba a salvo de nada.
-¿Qué es lo que estás diciendo?
-Créeme que hablo en serio. Puedo probarlo, pero por favor baja ese bat. No soy peligrosa. - Riley pareció pensarlo, pero poco a poco comenzó a bajar el bat de madera. Con ello también bajé mis brazos. Dios, esto era demasiado estresante.
-Bien, gracias. - Se acercó a dónde yo estaba y jaló una de las sillas y con un leve movimiento me indicó que tomara asiento. Lo hice. El se sentó frente a mí.
-Explícate.
-Ah si...- Apreté mis manos por debajo de la mesa.
-Yo... yo soy del futuro. - El chico me miró con enfado.
-¿Estás jugando conmigo?
-En lo absoluto. Mira. - Saqué mi celular y se lo mostré. Él abrió los ojos sorprendido por el aparato.
-¿Qué es eso?
-Un celular.
-Eso no es un celular. - Negó levemente.
-Sí lo es, mira. - Le mostré las funciones para hacer llamadas, aunque, para mi desgracia, no sacaba ninguna llamada. Supuse que era por que estaba dentro de la historia de la película.
Riley observó mi aparato y notó que la fecha que estaba ahí era del 30 de septiembre de 2022. El muchacho suspiró.
-Increíble.
-Escucha, yo no sé qué sucedió, pero debo hallar la forma de volver a mi tiempo. - El muchacho seguía observando el celular, parecía que era de su total atención. Tal vez de esa forma podía escapar de ahí, pero sin mi celular no podía hacer eso.
-¿No sabes cómo llegaste?
-En absoluto. - Suspiré cubriendo mi rostro con las manos. Al bajarlas él ya me había devuelto el celular. -Sé que suena una locura, pero debes creerme. - Riley apoyó sus brazos en la mesa mientras me observaba. Parpadeé varias veces. Su mirada era muy intensa, además, el hecho de ser apuesto hacía que me pusiera más nerviosa.
-¿Y qué planeas hacer?
-Solo déjame ir.
-¿Qué te deje ir?
-Sí, por favor. Solo deja que me vaya. Finge que nunca me viste y todo se resolverá.
-¿Crees que soy idiota? - Comencé a sudar frío. No tenía la menor idea de cómo convencer a este chico.
-Oye, estoy segura de que tienes muchos problemas que resolver. No quiero ser otro. Déjame ir. Por favor- Le rogué. Tenía que salir de aquí antes de que el apocalipsis zombi comenzara.
-Déjame pensarlo. ¿Quieres que te deje libre aun cuando es posible que cambies cosas del futuro? - No podía hacerlo, estaba en una película.
Suspiré. Esto era un problema. La única forma que tenía era huir. Así que apreté mi celular y lo miré.
-Lo siento Riley. - Levanté la mesa con toda la fuerza y con eso el cayó al suelo dándome tiempo para huir de ahí. Corrí de vuelta a la sala mientras el chico me gritaba que me detuviera. Localicé la puerta de salida a unos metros de mí y ahí escapé. Salí a la calle y sentí mucho frío. Olvidaba que era tarde y de noche. Debía seguir corriendo para poder alejarme de ahí. Lo hice calle abajo hasta llegar a una calle aún más circulada por autos. Esto era un completo horror. Ni siquiera sabía a dónde podía ir y no tenía nada de dinero conmigo. Antes de poder dar otro paso sentí cómo jalaron mi muñeca para luego caer al suelo junto a la persona que me detuvo. Debajo de mí estaba Riley quien respiraba entrecortado debido a que me había perseguido.
No podía quedarme ahí así que me levanté para seguir corriendo, pero entonces antes de poder alejarme más volví a caer sobre él sintiendo una presión en mi muñeca. Al mirar hacia abajo, me di cuenta de que él me había puesto unas esposas y el otro lado de ellas estaba alrededor de su muñeca.
No podía creerlo, estaba atrapada.
Cinco relatos de cinco amigas se presentan en esta historia. La navidad ha sido una festividad distinta para cada una de ellas. Probablemente en la infancia fue lo mejor de su vida, pero ahora en la etapa adulta las cosas se ven un poco diferente. Abby Frank perdió a sus padres durante las festividades, Jude Patrick ha dejado de creer en el amor desde que el padre de su hija la abandonó en vísperas de navidad, Hanna Roberts solamente piensa que las fiestas son problemas y nada de eso es real, Max Tristán vive ocupada en el trabajo desde que descubrió la infidelidad de su padre hacia su madre y Tania Miller intenta superar la muerte de su fallecido esposo mientras saca adelante a su hijo. ¿Crees en las segundas oportunidades? ¿Crees en el amor? ¿Crees en la magia de la época? ¿Por qué no lo descubres?
Sofi Moon ha vivido toda su vida trabajando para poder salir adelante. Luego del fallecimiento de su padre ha decidido mudarse a la gran ciudad para poder surcar un nuevo camino en el negocio de la publicidad. Sin embargo, su negocio parece correr riesgos y para poder recuperarse necesita firmar un contrato con una de las firmas más ricas del país. Para su mala suerte, en un intercambio de palabras, resultó insultando al director, Austin Jones, de dicha firma. Creyendo que todo ha sido un total fiasco y que su carrera profesional se irá por el caño, recibe un trato por parte de Jones. Fingir ser su esposa durante la época de las fiestas. Sofi, quien nunca ha creído en el romance y las relaciones, acepta por el bien de su negocio. Sin embargo, no esperaba que la familia de aquel director comenzará a ablandar su corazón al igual que aquel aparente frío director. Pero todo contrato tiene fecha de vencimiento y la vida de Sofi no va orientada a la familia y el romance. ¿Será capaz de pasar las fiestas tal y como la Sofi que no creía en el amor?
Un gato. ¿Qué sucedería si tu vida daría un giro de 180 grados por un gato? Ava Wright es una joven que ha luchado para poder sobrevivir en la sociedad y lo único que desea es la felicidad. Por otro lado, se encuentra la estrella más famosa del país y del continente, Asher Myers, un joven que lo tiene todo o eso cree. Luego de una discusión, una noche de copas y una deseo Asher termina transformado en un gato. Ava, se hace responsable de su deseo, sin embargo, el gato no es el problema, es la personalidad de Asher. Ambos comienzan un contrato para cuidar el secreto siempre y cuando uno no mate al otro. ¿Será posible que dos personalidades tan opuestas puedan encontrar la felicidad deseada?
Amal es una joven que ha sufrido desde el fallecimiento de sus padres. Ella ha trabajado duro para poder salir adelante y a pesar del maltrato por parte de sus tíos, debía seguir adelante. Sin embargo, su vida da un giro de 180 grados luego de besar accidentalmente al primo de su popular compañero de clase quien, luego de lo sucedido, resulta ser un djinn o conocido coloquialmente, un genio. Amal deberá guardar el secreto después de que su vida se vea atada a este chico. ¿Será posible vivir con normalidad? ¿O la normalidad la hallará con esta extraña familia?
Jessica Robins es una estudiante de trabajo social. Su objetivo ha sido ayudar a los demás en lo que pueda. Sin embargo, tiene una habilidad. Ella puede escuchar y ver los pensamientos de los demás. Las personas, sin saberlo, dejan que la joven los auxilie de una forma que otros no pueden hacerlo. Rainer Macgrath, es un estudiante de medicina, brillante y mujeriego. Ha perdido a una persona especial y por ello, ha tomado estas riendas en su vida. Pero su vida da un giro cuando conoce mejor a Jessica. Gracias a un evento inesperado, ambos terminan cruzando sus caminos. ¿Es posible que el amor surja entre dos personas tan diferentes? ¿Qué sucedería si hay un secreto que los une? ¿Podrán atravesar las piedras en el camino? ¿Acaso podrán escucharse en medio del desastre?
Rosina quedó embarazada accidentalmente después de pasar la noche con un extraño. Y para colmo de males, como resultado de un trato que hicieron, se vio obligada a casarse con el hombre con el que había estado comprometida desde la infancia. Aunque su matrimonio fue solo un trato, parecía que el destino quería que ella se enamorara de este hombre. A medida que se acercaba el nacimiento, el hombre le rompió el corazón al pedirle el divorcio, ella finalmente se rindió del juego de amor. Inesperadamente, sus caminos se cruzaron de nuevo más tarde. El hombre afirmó que siempre la había amado. La pregunta es si Rosina está lista para volver a estar con él.
Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".
Jenna Murphy se había casado con Hansen Richards, el hombre al que amaba desde la infancia pero el que más la odiaba. Ella creía que él finalmente la amaría. Pero antes de que su sueño se hiciera realidad... Un accidente automovilístico terminó con la vida de su padre y llevó a su madre que estaba entre la vida y la muerte en la unidad de cuidados intensivos del hospital. Su descarado y codicioso tío aprovechó la ocasión y les robó todas las propiedades. Para conseguir los honorarios del cirujano que atendía a su madre, Jenna solo podía estar de acuerdo de divorciarse de Hansen. Pero Hansen la invitó a la fiesta de cumpleaños de su abuela tratando de salvar su relación. Sin embargo, Jenna encontró algunas pistas que mostraban que el accidente automovilístico que arruinó a su familia tenía alguna relación con Hansen..."" "
Una cita a ciegas llevó a Chelsea aquella noche al bar. La hermosa pelirroja llevaba dos meses conversando con Fred, era el momento de encontrarse. Mas por un motivo inesperado, él no puede asistir a la cita. Chelsea sin saberlo ve a un hombre sentado, solo, quien la mira insistentemente. Su actitud la lleva a suponer que se trata de su cita. -¿Fred? -pregunta ella con cierta duda. Él al ver que la hermosa mujer que lleva rato observando, lo confunde con alguien más, decide seguirle el juego. Luego de unas copas demás, van al hotel, es una noche increíble y es un sueño para ella despertar al lado de tan potente semental. Chelsea sale sin despedirse para su entrevista en Bullock&Company como asistente del CEO. Su sorpresa es cuando ve entrar a su oficina a Steve Bullock el hombre con quien había pasado la noche anterior. ¡¿Qué hará ahora que descubrió que su cita a ciegas fue con un CEO?! ¿Cómo reaccionará él, ahora que sabe que su aventura de una noche resultó ser su nueva asistente?
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
"No va a funcionar entre nosotros, Terence". "No me importa, Carla. Te quiero a ti sólo a ti". Nunca sabrían lo que podría suceder si él no se topara con ella o si ella no hubiera decidido acogerlo esa noche. A partir de esa mágica noche, todo había cambiado. Todo parecía diferente de la noche a la mañana. Carla estaba lista para enfrentar lo desconocido en el momento en que decidió tomar la mano de Terence. Pese a los siete mil millones de personas en el mundo, ellos lograron encontrarse el uno al otro penetrando en sus respectivas vidas. Incluso cuando todos le decían que Terence se había ido, ella no podía creer ni una sola palabra, porque Terence era un hombre de palabra y él se lo había prometido para siempre. La gente solían decir que algún día conocerías a alguien al que estarías dispuesto a dedicarle tu vida. Carla sabía que eso era verdad, porque así era cómo amaba a Terence. La Chica de Mi Vida es una novela extraordinaria que te hará reír y llorar, donde descubrirás que, a veces, el amor no está lejos de cada uno de nosotros.