S AL A

bestia se deshace del dolor d

sombras, en cambio Selene tembló al advertir que Zoe se transformaba en una bestia a la caza de la noti

ajo sus botas. Era casi imperceptible, la pisó y dijo en voz alta: “Son huellas de perro” Así pensó, perro fue la primer idea, la segunda acalló el latir de su corazón y juró haber visto ese par de ojos centellantes en el follaje mismo, fue una fracción de segundo en el que accionó su cámara y rogó que fuera tan buena fotógrafa como la consideraban todos. Ese zumbido la conmocionó había cerrado sus propios ojos al igual que los del modelo. El centro de la noticia, el bullicio había aumentado. Selene volvió sobre sus pasos. Zoe estaba de espaldas a una de las patrullas su instinto de reportera estaba en su Zenit, pensó en la jauría de lobos que no dejaba ningún

mano omitió el preguntarse que creía ell

noche y la luna

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lobos luchando por devora

saparecieron como si nada, es absurdo pensar que un humano sacaría a pasear a un lobo y luego de ser descubierto lo alzaria y cargaría en sus manos liego de que el lobo cometiera aquel hecho…su cacería su crimen.

, su visión su integridad la pasión el motor que impulsaba el talento cazar con la cámara. Ver la luz, el espacio, la composición la unidad y las formas talento natural. Envió un mensaje a Zoe: “ Amiga he visto en los ojos muertos de las presas a

zoom y demás, hacía años Selene había perdido de su vocabulario la palabra fotogénico y lo reemplazó por “digno de ser fotografiado” y en esa lista incluía a la naturaleza. Luego del

hu

llaje sin nada que lo hiciera ver disfrazado de un animal, el follaje ocultaba sus parpados y más. Escaneo la copia y se sentó frente a la computadora. El

no puedo dejar de mirar estos ojos, me han cautivado y hechizado. ¡Dios! Si

bueno que

rve

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aquella que no integraba la banda de revoltosos de la cual si era parte el muchacho asesinado, debía de moverse r