s malas. Pero he sido testigo de cómo es realmente. Las personas tienden a mostrar solo lo que quieren que los demás vean en ellos, pero nunca dan a conocer las dos caras de la moneda. Siempre he opi

rdad eso jam

.

sor Will es tan aburrido explicando que es inevitable no cabecear del sueño que causa su voz pausada. Agarro dos piezas de pollo, ensalada y puré de papa que la señora Samantha

lquiera te pasa desapercibida —cierro los ojos intentad

ndole una mirada fulmin

insultas? ya te di

ara recoger el desastre de comida. Unos brazos masculinos toman e

no de Luke. Abro los ojos desmesuradamente y caigo de trasero en el suelo,

su príncipe azul —habl

nción de una chica —replica Luke poniéndose en pie—. C

elta Warren dibujando

cambiado ni creo que suceda nunca. Son como dos polos opuestos que se repelan, apenas están cerca y estalla una guerra, no se sabe lo que pueda ocurrir entre esos dos. Por lo que decido apar

detienen instintivamente

o—. Tal vez el resto no parece notarlo, pero es muy obvio que intentas por

qué me

mira como su tuv

ve femenina y además tiene todo lo que odio en una chica —refuta Warre

ostados con fuerza, ¿Cómo

me mira con desdén y lan

qué mi

más y verás de lo que soy ca

el pasillo sin importar tropezar con los que vienen en dirección contraria, necesito escabullirme de las miradas del resto, odio ser el házme reír de los demás o peor aún estar en boca de todos. Entro al baño

—replico tratando de

tando todo este tiempo. ¿Así es como resuelves las cosas, huye

beo sin sabe

y solo puedo conformarme con admirarlo de lejos. No sería realista pensar o soñar que qu

rren ya esté de camino a la oficina del director, pero descuida, hablaré con é

rocesando todo lo que me ha pasado hoy, es difícil no confundirlo con un sueño. Pued

es —murmuro echando

ad y emprendo camino por la acerca, pensado en el trabajo que debo entregar para el jueves. Suspiro cansada de solo imaginar lo

. No sé si estoy soñando de nuevo pero la escena parece reproducirse en cámara lenta. Es como estar en una

e me dé un

u voz me hace s

e manera exagerada mientras ag

ngo —frunce

epite ladeand

sentación —respondo sintiendo un extraño c

a con nerviosismo—. ¿Podemo

i no se trata realmente de un s

o? —pregunt

os que no q

ta de lo que he dicho hablo de nuevo—. Es decir, no es que no sería genial si otros van, aunque la verdad

. Escucho a mi subconsciente. Por otro lado, Lu

ora soy la

las siete, ¿te parece? —asiento frenéticamente hasta

a los dragones que habitan en mí. Quedo allí, en medio de la acera viéndolo alejarse, todo me pare

año —murmuro a na