e a esa hora su mate estaría de un lado a otro ansiosa esperando por su regreso, queriendo conta
solo necesitaba un baño y dormir unas buenas horas. Habían visto nuevamente avistamiento de cazadores aun después de
sde la habitación de él. La niña siempre dormía en la cama a su lado aun si ellos discutían. Ella le había conf
y no equivocó. Acostada en una esquina de la cama hecha un ovillo estaba Luna
brazos. No le quedó más remedio que poner su brazo debajo de su cabeza para compensar. Su cuerpo rigió cuando se aco
a las cosas con su
tidos desarrollados, por muy cansado que estuviese no detectaron ningún olor diferente al de él y su mate. En
familiar, pero a la vez no. Lo que
puchero que le hubiera dado la niña traviesa que vivía con él. Lo qu
cuerpo joven, delgado y esbelto de una Luna con varios años má
poró sobre sus codos después de s
nado sobre sus hombros desnudos, las largas pestañas que enmarcaban una mirada más madura. Y su cuerpo delgado, pero con curvas solo cubier
ate aún era una niña y que dormía a su lado, pero ese lado de la cama estaba v
na ceja y una de sus manos recorrieron el pecho desnudo
o respetuosamente a que su mate cumpliera la mayoría de edad
emostraste si
ó hacia adelante. Uno de los finos tirantes de su ropa se corrió hacia a
rozó con sus labios
o ante el temblor delicioso que le recorrió el cue
unta mientras Luna dejaba un tr
ería dejar de pensar
bello de la nuca de la joven y tiró hacia atrás lo que no con la intenció
pasar su lengua a todo lo largo del cuello arqueado de ella
rganta de ella y eso fue lo que faltó para que la líne
resultó ser salvaje. Besaba, chupaba y mordía la boca de su mate como si estuviera sediento de ella. Sus colmillos raspaban la piel sensible sintiéndola gemir debajo de él y remov
mo si fuera en la gloria. No le importaba que fuera un sueño, una ilusión, solo necesitaba disf
de su mate y cuando se fue a dar cuenta se encontró en la cama con las
ntalones. Demonios, que había sido aquello. Se pasó la mano por el rostro. Había sido
legado a ese punto solo indicaba una cosa.
ado removerse y una pequeña cabeza con el cabello mucho más cort
restregó sus ojos
el estado que estaba no quería que ella lo viera así. R
ñido lo que sali
aron de lágrimas. Era la segunda vez que el lobo le gritaba y esta vez había sido peor que la primera y ella no sabía
apretó el entrecejo. Vaya mañana estaba teniendo y para colmo le habría gruñido a su mate y ell
Así que respiró profundo en un intento de calmarse. Sin embargo, su beta entró corriend
eaba- Tenemos problemas.
er Luna tendría que