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Historia
VOY A DESTRUIRTE.

VOY A DESTRUIRTE.

Autor: Mayra Gisel
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Capítulo 1 Una realidad que duele

Palabras:2879    |    Actualizado en: 31/07/2023

construcción más importantes del país. Con sólo 23 años y siendo el mayor de los hermanos, Alexander había heredado la constructora de la familia luego de que sus padr

portantes edificaciones del país, una de ellas era la edificación de casa

s había hecho lo suficiente para enamorarla. Ella venía de una familia de clase media alta. Sus padres tenían una ca

ños estuvieron disfrutando de su matrimonio, viajando por el mundo e intentando quedar embarazos. El asunto es que ella tenía problemas de fertilidad por eso se había sometido a un tratamiento en

en efecto por lo que se remueve en su cama, completamente empapado por la sudoración mient

ntren. No

jos se le llenan de lágrimas y aun así lucha contra el f

… por f

quel día en el que su vida, s

hogar. Hacía pocos días se habrían mudado a una casa más grande y con t

su bebé le da unas pataditas dentro de su vientre y toma l

les preguntaban para cuando esperaban y si ya habían escogido el nombre

rar en la cantidad de personas que había en el lugar entre los que estaban, abuelos, niños y mujeres embarazadas, entre ell

su esposa abrazándola en el vientre, pero esto hizo pensar mal a uno de

le con el arma mientras ella, en estado de shock llora y

mucha gente mayor y niños. Tomen todo

erdidos por las drogas, por lo que no escuchaban

le apuntó a sus piernas y sin mediar palabras le disparó, haciendo q

ovechando para llamar a la policía, si

, acerca su revolver a la espalda de un adolescente que marcab

RMINAR EN UN CEMENTERIO!—. Amenaza apuntándoles mientras

suceda nada.— le promete y para su ma

evolver en la cabeza de la mu

el tipo no lo mira, solo sonríe mientras ac

lo mete en la boca y

De pronto se abalanza con el delincuente y empiezan a forcejea

a se acerca a su esposo creyendo que le había dado un balazo, pero lo

ven quien se acerca y nota que solo le ha pegado e

RO EN LA PIERNA!—. Arranca una tira de su remera

zón desapareció. Ellos no acostumbraban a lastimar a sus víctimas y aunque vivían drogados, habían mezclado

arle la cabeza con la culata de la pistola. De nuevo en el forcejeo recibe un disparo en el brazo por lo que,

se arrodilla y toma la mano de su esposa embarazada de 8 meses. A ultimo momento cambia de idea y decide que, p

palabras ¡PUM! Un disparo destr

anto aquel disparo resuena como eco en la

detalles la desesperación de ver cómo un mal nacido apaga la vida de su pequeño Ma

n las 6 de la mañana. Cada noc

edes todo había quedado como aquella mañana. Su hermano y hermana habían tratado de convencerlo porque se mudara de ese sitio, porque vendiera todo pero e incluso tenía todas las pertenencias de Mariana en su sitio, como si esperaran un regreso que no llegará nunca. No s

e allí. Lo único que cambió fue el poner rejas en todas las ventanas porq

Es más, cada vez que salía a correr y se sacaba la remera, impresionaba a las personas a su alrededor, con las marcas de quemaduras en su torno. Es que estaba completamente la

siente que el agua se enfría.

las reuniones del día. Desde la muerte de Mariana y Matteo se ha refugiado en su trabajo y cambiado hasta el trato con sus empleados

r a hombres, pues no quería tener el desagrado de ver a mujeres rondando por el piso. Su idea era despedir a todo el personal femenino, pero tanto su hermana como hermanos menores pusieron el grito en el cielo e

si no puedes con este trabajo pues me lo dices y busco a alguien más competente. Es una

nque esta vez tenía razón en quejarse porque Francisco no tomó en cuenta la agenda para darle a lo

is, unos zapatos negros de la reconocida marca John Lobb 2005 valuados en más de 1400 euros, los que adquirió en uno de

uerte de su hermano Martín, en circunstancias inusuales, había recaído en ella la responsabilidad de llevar el plato de comida para su madre, con una diabet

ño, salían a buscar el dinero para abonar las cuentas y la comida. Faltándole dos años para egresar de la escuela secundaria, tuvo que abandonarla y olvidarse de

e necesites llama a Doña Marta, que

la cuido.— la tranquil

e habla Doña Carmen, su madre desde la cama

recto a su trabajo. Luego del tren, debía tomar un colectivo que demoraba una eternidad y cómo ingresaba a las 8 a. m, unos minutos ante

isa y cantando como si no hubiera un mañana, se encamina hacia la estación del tren, donde con

egado a la empresa, se dispone apresurarse sin mirar los semáforos, es qu

firme mientras está en su celular cuando se apresura a llegar donde el mismo e ingresar con él, porque

darse cuenta que de momento a otro, el tipo se detuvo para contestar unos mensajes haciendo que todo el cuerp

S! ¡¿NO MIRA P

con el gancho. – mucho gusto, Sofía. —Si vienes por limosnas, te equivocaste de lugar.— y d

el imponente edificio, pasando por alto lo tarde que estaba llegando al trabajo. —debe ten

.— ella aun piensa que es una broma lo que esta

no ex

ientas para tocarme ¿tienes idea de lo que cuesta este traje?— pero sin dejarla responder lo hizo po

a despectiva en la que le estaba hablando y la enojó. No nacía una persona en

ino donde venía tomando su café, le quito la tapa y de

ca lo suficiente par amostrarle sus manos. —¡ESTAS MANOS MUGRIENTAS, COMO DICE USTED, SON LA MUESTRA DEL ESFUERZO, ALGO QUE POR LO V

la muchacha lo empuja haciendo que caiga al suelo al tras

cababa de dar, varios empleados habían salido a mirar lo que pasó. —permiso, es mí primer día de trabajo

ra y alza una ceja. —al que acaba

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