Tempesatad. Entre el amor y el odio

que aún no han abordado el avión por favor chequen

ue aún no han abordado el avión, por favor chequen

papá,

erto rumbo a la puerta de embarque, seguida de un h

ce al ver que ella puede perder el

h,

e, pero sigue corriendo, y por un momento se asusta a

e aquí? ¿Me estará siguiendo? Olvídate de ese tip

l chico, que corre a la vez detrás de ella, para ir a parar ambos a donde debe chequear

e interesas, se lo diré a

n, pasando la mano por su adolorido rostro, pero

á...p

evolverle su pasaporte que se le cayó!

ue se queda con la boca abierta sin saber que decir, mi

re también mirando como se alejaba el joven volteando l

nsando en lo que acababa de hacer. —Es que estoy

el proceso. Entregan la maleta, la emple

r para dónde cogió el joven para pedirle disculpa, aunque no está segura si debe hac

beso y un abrazo— cuídate mucho hij

irando de nuevo para correr y abrazarlo, fuerte, lo vuelve a besar y

Recuerda llamar

l aeropuerto. Se retira apesadumbrado, pensando que ahora estará mucho tiempo sin verla. Por su p

que no deja de hablar y de explicarle cosas todo el trayecto, en el que ella no duerme po

iza en Berlín. Se pone de pie acompañada de la amable y parl

querida —le pide la amable señora

bien,

que ella está muy nerviosa y no suelta su bolso, sigue

mujer— las maletas salen por allí, luego tien

mi maleta salió de pri

y está desparramando sus cosas. Una mano sale de pronto y la ayuda, al tiempo que ve como se le caen todos los papeles

u mano al rostro. —No vaya a volver a

egunta ella furiosa quitá

spía que le puso la odiosa de su madrastra. Lo observa por un instante, y se asombra de ver de quién se trata. ¡E

ger su maleta y dirigirse a la salida igual que ella. No, no puede ser el mismo chico con el lleva tanto

monta…. Señor

r su maleta en el maletero se monta en el auto, al tiempo que contesta todas las preguntas que le hace aquél de su padre. Arrancan y justo cu

me ha estado siguiendo todo el tiempo y yo de tonta me he estado ilusionando y soñando con él? Pero si cree que m

on la chica rubia de trenzas largas en lo que escuch

abofeteó también venía para acá? —pregunta

e haber dejado que perdiera el vuelo! Menos mal que no coincidimos en el avión. —Contesta Nadir, volviendo a acariciar el rostro dón

ja… —ríe su amigo Ismael— te lo dije que lo dejaras allí, por poco perdemos el

reírte y vamos a tomar el taxi. —Contesta avanzando hacia la cola de los mismos. Sin dejar

ar uno que los lleva a la universidad el gran cartel en la

ano?—pregunta Nadir al bajar y dete

emos defraudar a nuestros padres que tanto sacrificio hacen para man

aventura —le dice a su amigo— tenemo

firmar la matrícula. Se ve que es enorme, nos vamos a perd

idad. —Le dice Nadir, deteniéndose buscando en el bo

ocurrió, ja, ja, ja…, bien me dijo tu papá que no me

ir. Avanzan a la par de una gran cantidad de estudiantes, que como ellos, también llegan ese día para incorporarse a la universidad. Después de l

a chica en alemán, se gira despacio para decirle que n

¿T