img La Reina Vampiro & El Rey Alfa  /  Capítulo 1 1 | 2.86%
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Historia
La Reina Vampiro & El Rey Alfa

La Reina Vampiro & El Rey Alfa

Autor: Maferuribe
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Capítulo 1 1

Palabras:1309    |    Actualizado en: 10/01/2024

a una velada que era especial para mí, puesto que la bruja de mi reino, que era mi mejor amiga, Sanie, ella había conjurado un p

piel blanca, todos con estatus social alto, a pesar de que eran humanos. Todos ellos vivían como reyes, por qué aunque yo era la reina vampiro, y ellos unos simples inmortales, ellos sabían que debían de llevar

tible al alcohol de estos licores y ninguno podía ser capaz de emborracharme como lo haría un humano así tan fácilmente con tan solo beber tres copas segui

erlo. Sin recibir quejas ni reproches. Eres una vampira admirable. Me siento orgulloso de ti. ¿Lo sa

atisfacción

tal vez podamos irnos a un lugar más privado… — ofrecí con una mirada perversa, la verdad era que yo ya estaba sintiénd

placeres en la vida, sino que también, era muy capaz de leer la mente de los vampiros más débiles, y parece que mi mejor amigo

me. Hágame lo que quiera hacerme, hágame el amor como si

ado, decidí acercarme a ella, y le hablé al oído para pedirle un favor; le pedí a Sanie que ella hipnotizara a todos los súbditos asistentes a la fie

es. Esa palabra fue Nahum que en nuestro idioma significa permanencia a querer seguir haciendo lo que estás hacien

villosamente estupendo la idea de tener súbditos y vampiros rendidos ante mis pies que yo ya estaba

n ese sitio del castillo, pero yo lo soportaba porque mi piel se adecuaba muy bien a este tipo de clima, yo nunca sentía si había calor o frío, mi piel se mantiene a temperatura ambiente. Aunque los humanos que me tocaban la mano para saludarme siempre m

odo lo oscuro que hay a su alrededor. Sin decir nada, Edward supo qué hacer; él sacó un juego de llaves que conservaba guardadas en un aro de metal, eran varias,

a puerta nos cedió el paso a Edward y a mí, entramos a la habitación, y una vez allí dentro, Edward cerró la puerta mientra

. Y para Edward y para mí, era nuestra habitación favorita del castillo

l final perfecto de e

to encima de ella con sensualidad, provocando que la falda de terciopelo roja de mi vest

cómo Edward se relamió los labios y no le quitó la mirada de en

a será una de las mejores noches se

a de mí, y sus labios inmediatamente se dedicaron a saborear los míos con mucha pasión, así como si

sexo. Parecíamos un par de conejos que no se calmaban con el más mínimo roce. Todo se sentía como si ambos hubiésemos dejado de sentir

jer pueda desear meter a su cama. Haces el amor como si fueras un Dios griego caído

omentario, sin más, él se ace

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