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Historia

Capítulo 5 ¿Y en dónde quedo yo

Palabras:3135    |    Actualizado en: 06/02/2024

ervios hecho trizas. No dejaba de recordar la manera en

acer, poco a poco su respiración se agitó y

tación tratando de recordar en dónde había dejado su inhalador. Tenía mucho tiempo que no lo utilizab

adamente su celular de su cartera y con sus manos temblorosa

su madre, serían dos las que tendrían una crisis nerviosa y… sus amigos no p

punto que dejaba salir sus gritos. Si seguía en aquel estado

ert, tal vez él podría ayudarla, además, te

al que Robert le tomaba fotos. En un momento, con ganas de mo

soltó Cr

ya! —gruñ

pera —pidió

Por lo general, Robert no contestaba las llamadas cuando estaba en su

soltó ex

que ella lo interrumpier

, quería que fuera clara y concisa,

eció al escuchar lo mal q

da, alza más la voz, ¿qué

su rostro al ver que Robert

ayuda!, por favor, Laura —pidió Robert estresado—. ¿Cómo no quieres que me estrese? Si

mal. Siento que voy a desmayarme, en serio, necesito que vengas —

tro por lo estresad

voy para allá

as del edificio. Cristian, quien no estaba enten

ué sucede?

no sé qué tiene —informó Robert caminando a paso a

istian sin saber qué d

t entrara al ascen

lla

n su mano derecha y bajó su mira

soltó al ve

estión de minutos a su casa. Se dio cuenta que no había nadie allí. Reco

ven estaba tirada en el piso temblando y tenía

ritó Robert corrie

bert trataba de entender qué era lo que quería, así que, comenzó a buscar

nco que había caído al piso. ¡Claro! La

e tal manera que ella quedara recostada a

que así al disparar el inhalador el medicam

do está bien —trat

ajes circulares en su espalda mientras La

perder el tiempo —di

t— no estoy perdiendo el tiempo. Te s

como yo comportarse de esa manera —conf

en el piso con sus espaldas recost

cualquiera. Miguel cuando era pequeño sufría de asma y siempre debía estar pendiente de él, lle

de asma —co

tonc

crisis n

no estaba entendiendo nada y lo

r en un cuarto al fondo de la casa, era muy oscuro y húmedo, me daba mucho miedo y desde allí podía escuchar como le gritaba y golp

a verla—. Pero, ¿tu

la cárcel. Gracias a tu papá estamos seguras de que nunca saldrá de allí, dijo que mientras esté vivo podemos estar seguras de que nun

nada, ¿cómo es eso de que tu p

ero, ya que antes se le había escapado, sabía que ten

do siempre medias veladas para que nadie notara los golpes en mis piernas, mi madre me decía que no le podía contar a nadie. Nos daba miedo la reacción de aquel hombre. Cuando tenía trece años comenzaron mis ataques de pánico que empeoraron rápidamente. Ca

inó tu padre

que no permitiría que mi padre me volviera a hacer daño. Recuerdo que me daba mucho

lla historia y cuando Laura se detuvo s

ucedió? —

llegó —r

¿

menzó a disc

ece años

cuando la escuchó sonar. Un hombre de unos cuarenta años, alto y robu

é lloras? —le preguntó

n del colegio de Laura y me preguntaron qué le sucedía, porque no socializa con nadie en

ece a su madre, tú eres igua

s de su esposo que se dirigía a la

mor —ordenó el hombre y des

frente, no importaba que sus piernas temblaran, n

s de una pared observando todo, presin

adre se veía tan grande y fornido q

tar a Laura —ordenó

a burlona y después se levantó de

¡lárgate a la cocin

il. Aquello fue un gran detonante de la fu

gritó con fuerza frente

mente mientras veía lo que se avecinaba,

soportaría ver tanto maltrato, su cuerpo estaba colapsando

tomó del cabello a la señora Margarit

entras la llevaba de los cabellos, haciendo que la muj

uéltame! —gri

sposo y la sacudió con

tras veía aquello. Estaba pasando, n

fenderse y comenzó a forcejear con su esposo. Pronto, e

á tenía un cuchillo en su mano derecha, ¡

poso en un brazo, pero solo fue una peque

gracia al señor quien volvió a so

e me puedes hacer daño

tó con sus dos manos el

tó, aunque, sus manos t

l hombre comenzando a

hombre le quitó el cuchillo y comenzó a golpe

gritó Laura llena

e estaba su padre golpeando sin piedad el rostro

on fuerza la joven intentando s

n fuerte golpe en el estómago que la hizo vomitar. Aunque, la joven, p

tenía un poco de conciencia y pudo ver

a estaba tirada en el piso sin saber su situación. No deseaba que ese fuera su final; se sentía mala madre al no poder cuidar como se

señora Margarita mientras contemplaba a su hij

de ella para después dirigirse al pequeño baño d

í, pasando en aquel momento. Al quedarse inmóvil hizo cree

es escuchó sus lamentaciones al no encontrar nada para comer y después salió comiendo una salchicha

to —masculló—. ¡Mier

mitiera que perdiera las pocas fuerzas que tenía e

derse para marcharse, trató de moverse y después de

oloroso, sus movimientos eran

hacia la puerta mientras dejaba la larga mancha de sangre. Aruñó la

la casa de enfrente que tenía las luces encendidas. Tocó la puerta con

le abrió. La señora soltó un fuerte grito al ver el

os mío!

e hablar Margarita mi

voy a llamar a una ambul

Margarita con su

re! —gritó la mujer mientras miraba

ltó Margarita antes de

último y los vecinos fueron a la casa de la herida y

eando lo que pasaba y trataban

alid

rima que corrió por

n un estado muy crítico por los muchos golpes que recibió. Y lo p

se descaro?! —solt

no se creyeron mucho esa historia, así que me preguntaron a solas qué había sucedido realmente.

ué hi

ía que si me quedaba cayada, cuando regresáramos a casa nos iba a matar. Les supliqué con todas mis fuerzas que no dejaran q

onfesaste, ¿y q

r momento y nunca se separó de nosotras por miedo a que nos hiciera daño. Ellas son muy amigas y al enterarse que yo confesé todo puso a la disposición sus abogados para que mi padre nunca saliera de la cárcel. Así que fue muy fácil que lo sentenciaran por más de cuarenta años de cárcel y entre más

rizó al saber aquello

alvarse de aquel monstruo —le dio un beso en la f

dicho nada antes, si lo hubiera hecho, mi ma

ento tu padre habría matado a tu madre. Advertiste a todos de la horrible persona que eras y gracias a eso alejaste a aquel hombre de ustedes. ¿Te imagi

bert. La sola idea de pensar que aquel hombre

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