do mi labio tratando de buscar las palabras adecuadas para
mblor en mi voz, y trago grueso cua
do crees que eres más lista que yo. — un impulso casi dormido en mí me incita a gritarle que no pienso que soy más inteli
a decir al recordar que mi v
ra cuidar a los niños, a no, espera, tampoco sirves para eso ¿verdad? — mis ojos pican ant
poder decir nada más, su mano aferrando mi cabello y jalando de él me silencia, aunque quisiera gritar por el do
pe de mi éxito, pero… ¿Qué puedo esperar de ti? — el golpe seco de mis rodillas a
si fuera excremento embarrado en sus zapatos y yo s
u padre me pidió mi opinión con
vamente. — veo a mi hija palidecer, cuando su padr
— Delfi, me ve con preocupación y trato de acomo
iré en u
blema mamá,
e no, pero es lo que mis malas elecciones me diero
verlo, seguir sus pasos como una maldita acosadora, Mateo Zabet, es el nombre que coloco en el buscador, y toda su información aparece frente a mí, s
orazón casi se sale de mi pech
a es? Dios se me hizo tarde
dorable adolescente me quita
él revisaba mis planos y yo los suyos, se podría decir que competíamos entre nosotros, siempre supe que llegaría lejos. — informo viendo por un segund
os, ellos son multimillonarios, su padre e
no lo conoces, yo sí, lo vi quemar sus pestañas para ser el mejor, para demostrar que él podía por si mismo sin recurrir a la fortuna de su fa
o seamos nosotros con tanta energía. — mis mejillas
lo conocía, veía su soledad, y
a brillan curiosos y decido ser honesta, pue
cí mi lugar. — creo que en esta vida no hay nada peor que cargar con el quizás o tal vez, pero no lo hice en ese ento
que tu
esear y con eso me conformo, una inútil como yo jamás estará al nivel de alguien como él. Ahora dime ¿Cómo sabes quien es su padre? — me da un poco de vergüenz
rica del continente, luego de los Bach, ¿sab
es chismes de la familia de mi amor platónico, hasta
, pídele a tu amigo un e
cente habla con demasiado rapide
mpleo a Mateo Zabet, su empresa principal no queda muy lejos, so
e gradué ¿lo recuerdas? No creo que en su em
rriges los pl
deja salir un bufido, ella a diferencia de mis
ú eres lista, i
más creí tener, me recuerda que tan lista y útil pue
e se comporten como cuando sus abuelos vienen de visita y a Dios le encomi
carcajadas de mi esposo provocan que
adre puede pensar. — mi niña quita
e tienes de secretaria. — suelta de
a jov
e alivio de obtenerla, aunque cr
deo para decir mierda. — los ojos de mis hijos sobre mi me hacen hiperventila
, para terminar… — el golpe que da en la mesa me hace pegar u
sabiendo muy bien que eso ya es inútil, y que mi hija se cree muy adulta para intervenir en nuestros asuntos… será mejor que busques empleo y que Delfina se encargue
n nuestra responsabilidad, no la de ella, y ¿Qué tipo de em
e ella se ocupe lo debe hacer, a no ser que quiera que la coloque en su lugar como lo hago
mea como siempre lo que hace que me quede tranquila, no n
s un buen padre, no como yo. — Y en cuanto a lo otro, Elizabeth, trabaja trapeando baños, quizás así Delfina compren