papá, ¿por qué me haces las cosas tan difíciles? Nunca entenderás que no soy un peón manipulable a tu antojo— Tenso la mandíbula y aceleró el coche molesto. Aprieto el volant
o en una calle sin salida, salgo de él y camino con algo de prisa por otra calle, llevo ropa deportiva, lo que hace más difícil mi huida porque hace mucho frío y la ropa no me ayudaba en lo absoluto. Froté mis manos y soplé un poco de aliento cliente para
ueve queriendo tomar una taza, levanto una ceja y respiro profundo antes de volver hablar con algo de indignación ¿acaso tenía pinta de asaltante? Sentí en el suelo mi reputación. —no le haré daño, tampoco soy un antisocial, pero ahora dígame ¿dónde está el baño? No puedo dejar que esos hombres me atrapen— Duda, pero al f
tenían ninguna importancia y camino hacia el baño. No había cerrado bien la puerta cuando escuché como la pequeña campana volvió a sonar —ya estamos cerrados, señores- volvió a decir
o no lo dejé pasar, al parecer era una persona educada y obedeció mis órdenes y se marc
nada?, apestosos sus pies— Reí en mi interior al escucharla refunfuñando por lo que ellos le habían dicho, aunque no me gustó para nada, aquel insultó a su lugar de trabajo, es una falta que no iba a dejar pasar en alto. Aunque esta mujer es muy convincente, la seguridad con la que habla es tanta que hasta me impresionó su maner
a vez?, no
oco el tono de voz por querer salir y no poder, me sentía algo asfixiado en un lugar tan pequeño. —ja’ ¿pero qué se creen estos ricos?, si tant
ado en un baño señorita, son cosas di
eres mi
rte, pero puedo dar una mala rese
e y sentía que con facilidad agotaría mi paciencia o era por el simple hecho de que ninguna otra antes me había hablado tan fríamente como si
go en lo que ella pudiera estar de acuerdo conmigo. —¿y qué quieres que haga?, ¿que duerma aquí hasta que llegue un cerrajero?— Pe
mi hombro con fuerza hasta que logré romper el llavín, no sabía que ella estaba frente
y que no se golpee —¿estás bien?— Pregunté algo asustado pensando qué tal vez se habí
e prisa y la ayude a levantarse, arregle m
la observé de arriba abajo, ¡no vestía de marcas caras y no estaba para nada a la moda!La acompañaba una simple falda hasta sus rodillas y una blusa de tirantes del mismo color junto al delantal, cuando estuve sobre ella sentí el aroma de s
hombres?— alce una ceja dejándola algo confusa y achicó
ejar de ser
ero no veía ningún calentador —¿que estás buscando?— Me pregunto dándome una mirada dura —solo observaba el lugar ¿supongo que no tiene nada de malo cierto?— bufo. Unos minutos después vino con dos tazas, azúcar
o me g
rible lo
en mi columna un escalofrío algo nervioso, sentí mi mano sudar, era la primera vez que me sentía así f
lo hag
, tomó la taza de chocolate y la vertió en el fregadero. Esta chica podía sacarme de mis casillas, podía sentirlo, no era sumisa y en sí era como si mi vida no le importa en lo absoluto y solo