ítu

lo, es lo que mas temía: un papel de desaojo color rojo de urgencia. Muerdo mis la

a poco, se vuelven mas cortos. Mis pisadas, resuenan sobre el viejo pavi

an en cada uno. Observo, la caída. A veces me pregunto si esto vale la pena.

lo veo. El hombre de mis sueños puedo mirar; mientras a

se encuentran en él. El hombre, sostiene entre sus manos un libro de tapa blanca. Tiene puesto

para prostituirme? No es tan mala idea, Brianna me cuenta que hay un club nocturno d

verdosos, fijan su mirada en mí. Lanzo una sonrisa timida

go caso. Levanto una ceja

tas –bromeo. Y el niega, levant

ontesta y hago una

ndo asombro y esta vez, quien po

n confusa aparece en mí mente. Es como

osa, la sostengo de su pequeña mano. Tiene puesto un vestido floreado, su cabel

r frente a mí a Rocco, sostie

pe

Q

unto asombrada, y Rocco dej

asos se acercan. Levanto la vis

n ladrón! –dice enojado, señala a mí perro. Rocco, le la

e quitó el articulo? –pregunta con total tranquilidad. Yo

elo, se m

tulo

cuide sus pertenencias –comenta mirando ma

su p

e doy una sonrisa nerviosa mostrando los dientes. Acerca para mí sorpres

El hombre, apoya sus labios en lo

s de hoy

me dejó en paz. Ahora me encuentro

y no entiendo,

sin entender. E

ndo a que se refiere, lo observo con una ceja levantada –Recién, antes

na respuesta –Bueno, tuve… una e

golpe en el hombro, aún me siento avergonzada, después de aquel

él se encoje de hombros. Fijo mi vista al frente, donde vigilo que Rocco no robe

o se acerca –gracias ami

egunta Jason,

irada de mi perro. De reojo veo a Jason

nada –es

soy tan inútil que ni mi hogar puedo mantener –protesto y quito una lágrima que ca

qué te gastas el dinero

mi rostro mientras intenta

ecuadas. —Cuido a un vecino anciano, el Sr. Rodríguez. Es un hombre dulce, pero neces

rañado, esperando

situación financiera difícil —continué, sintiendo el peso de la responsabilidad en mis hombro

ud. —Espero poder encontrar un trabajo pronto —añadí con un suspi

ció una sonri

upes, encontraremos una soluci

amigos como él a mi lado, encontraría

hasta que me marché en esa tarde a casa. Y antes de ingre

, la puerta desgastada de madera. El pomo de la puerta se encuentra desgastado en

confusa, siempre lo

rados –Abuelo… —susurro con los ojos llenos de lágrimas, sostengo

levarlo de urgencia al hospital, y los gastos médicos fueron mucho más altos de lo que e