tulo
Zu
o yo que se acuestan en la madr
tir el sudor en mi cuello, llevo una de mis manos a
manada principal —siento el colchón hundirse a un costado, las manos de mi ma
nen que limpiar los conductos de ventilac
arte me muero de calor —Kayla entra a mi habitación y alza u
cuello y es p
ar ese odioso sobrenombre que me ha puesto y salgo de la cama —Mad
dos, u
nos como es debido —mi madre se levanta de mi cama y observa en mi dirección —¿y tú que te ríes? Apurate que l
usanin—digo por lo bajo
er cuando te agarre —niego son
una ducha rápida, hago mis demás cosas
e pong
casi nunca uso, volteo mi cabeza a los suéter y doy c
estimenta oc
he y salgo, bajo las escaleras corriendo y camino a la cocin
s manos dramática y los ojos de
. Raro? —habla Yannick y le hecho
ba del tobillo, suéter de arcoiris por dentro del pantalón
odo bie
hombros —Yo
e gustan ese tipo de co
l taburete —su padre y yo iremos en la camioneta, Yannick y Elián en sus autos —voltea h
licación móvil y con semejante músic
ésta —mi hermana se
del auto y pasa a nue
mis novelas favoritas, alzo la vista para observar mi alrededor y bloqueo el móvil al ver q
aquí que en el lado sur de
tomo una gran respiración y mir
ado grande par
l ver sus manos extendidas en mi dirección, enredo los br
ual que los otros, ella es más frá
nto, lo
ente trato de buscar aire a cant
viejo? —mi abuelo achica sus
rmanos mujeriegos y alzo mis cejas divert
llegue su otra mitad—mi abuela me enreda en sus brazos y
escucho un plato de aluminio sonar desde la cocina, abro las puertas de par en pa
s dos chicos que tengo como hermanos salen
resa y hace una ridícula pos
n la que estoy —¿De qué noticia me hablas? —volteo hacia mi padr
madre y la risa de
tenían una misión y ter
iste tú y la hiciste? —alza su dedo índice y finge estar sorprendido —se me
y lanza el libro contra Yannick, sus piernas se mueven solas y
rmana. Lo golpeo una y otra vez con mis puños mientras agarro su cabello con una de mis manos y mis pies aprietan su cintura, las
gundos nos lleva la delantera, Kayla es la más hábil a la hora de ataque y
e una manera, pero por dentro pu
ontigo y mira que no me gusta pelear con las ch
ormiga, pelea
e lleno contra la pared, siento sangre fresca salir de mi cabeza
í haberlo
ormalidad y Elián sólo mira con franqueza hacia el frente —no puedo creer que estén tan grandes y aún no sepan comportarse, son unos niños —cruza sus brazos y mira en mi dirección —la sorpresa de hoy era decirle a Zuani que finalmente puede estudiar en la universidad
rer otra
.. —me
decir? —listo, la fregue a lo grande —Por Zuani harán cien flexiones cuando terminen de dar c
mos al u
i madre de la mano y camina con ella hacia la cocina, mis
ies hacia las escaleras y salgo corriendo antes de recibir los reclamos por parte de ellos, entro a mi
nada cambiará el hecho de que este feliz y e