de su ventana, y ella se encontraba de pie, completamente despierta, con la mente acelerada. Sabía que no podría dormir más, porque hoy era el día de la reunión con Adriá

como las anteriores. Había algo más en juego esta vez, algo más allá de los planos que llevaría, algo que la estaba afectando

a, evaluada. La mirada de Adrián le penetraba como una daga, dejándola expuesta y vulnerable. ¿Acaso estaba perdiendo el control de sí misma? Era extraño sentirse tan sola, incluso estando rodeada de gent

Adrián Vega no solo estaba presente en su vida profesional, sino que su figura lo invadía todo. Sus decisiones, su tono, sus expectativas, pare

la atmósfera de una tensión palpable. Cada paso que daba la acercaba más a un destino que ya no podía controlar. Cuando las puertas del ascensor se abrie

distante. La tensión que sentía en el ambiente se multiplicaba al instante. Adrián la observó con esos ojos que pare

Adrián, con su tono firme, pero un mat

parecer serena mientras dejaba el portafolio sobre la mesa. Pero aunque intentó ser p

podía ignorar. Sabía que no solo la evaluaba como arquitecta, sino que sus ojos parecían buscar algo más. La incomodidad crecía en su in

voz resonó con un tono que hizo que Emilia lo mirara directamente

te -respondió Emilia, pero su voz no sonó tan fi

descolocó, y Emilia no pudo evitar que el nerviosismo la invadiera. ¿Qué esperaba de ella? No quería responder, no que

s cuando la mirada fija de A

se sienten en él -dijo Emilia, intentando cambiar el foco de la conversación. Pero aún así, sus palabras parecían no ser suficientes. Algo

no era cálida. Estaba calculando, y Emilia sen

e es el juego en el que estamos, ¿verdad? -dijo, dando un paso hacia ella. La cercanía de su cuerpo hizo

a conversación fuera solo una excusa para acercarse más, para hacerla sentir

r -Emilia no sabía cómo, pero las palabras salieron de su boca con una claridad que no sent

bras o si la estaba evaluando a ella, pero en ese instante se dio cuenta de algo: estaba completamente sola en ese juego. No podía recurrir a

¿tienes planes para la noche? -La pregunta fue tan repentina que la dejó s

Emilia, intentando disimular su

si su tono relajado intentara disimular la intencionalidad detrás de sus palabras. Emilia sintió

ería que Adrián pensara que podía controlarla, pero, al mismo tiem

n había terminado. Pero Emilia sabía que, en realidad, todo esto apenas comenzaba. Y en su interior, se sintió más sola que nunca