– El lími
cuerpo se desplomara en el sofá. El silencio era espeso, casi asfixiante, como si cada rincón de la casa supiera lo que habí
dvertencia muda. Jamás había sido así. Jamás le había hablado de esa forma. Ni siquiera cuando discutían por celos, ni si
mí misma? -susurró al tech
ocer relaciones tóxicas. Pero ella... ella estaba atrapada en una que se desmoronaba cada día un poco más. Y
óvil esperando que vibrara. Lo dejó en la mesa, boca abajo. Cenó sola. En silencio. Y mientras masticaba, pensó q
n una manta sobre las pi
os ojos. Que respondía a sus preguntas con la misma curiosidad con la que él formulaba las suyas. Ese hombre con barba cuidada,
itar ayuda. Parecía más bien estudiar el terreno. Y sin embargo, había algo... algo en él
se tipo de pensamientos. Era una profesional. Tenía una vida, aunque estuviera hecha peda
randon inclinándose hacia ella, s
stoy fingiendo t
. Y él lo había hecho. No fue un desliz. No fue un
aldo de la silla. La tomó, se la puso y fue a la cocina a preparar un
e no le ofre
etamente distintos: Dylan y su sombra posesiva, Brandon y su presencia inesperada. Y en m
no d
ndon cruzándose con los recuerdos turbios de Dylan. Una parte de ella seguía reproduciendo mentalmente la
todo- repetía las palabras de Brandon como un s
stoy fingiendo t
n eso? ¿Fue una confesión? ¿Una
a, tratando de calmar el nudo que sentía en el pecho. Se vistió con más cuidado de lo habitual. Blusa blanca, falda
compró un café de la máquin
on en las manos. Repasó sus notas. Técnicamente, todo parecía encajar: ansiedad, insomnio, e
guro, demasiado autocontrolado. No temblaba, no evitaba el contacto visual, no duda
dia mañana, ella supo quié
an
torno de sus hombros, un pantalón vaquero oscuro y una chaqueta ligera. Su barba
n una media sonrisa mientras c
entando mantener la voz f
como si tuviera todo
go anoche? -pregunt
ensando en usted -respondió,
bolígrafo en
ue trabajemos tus emociones. No par
ladeando la cabeza-. Inter
aba con fuego. Y ella... no esta
ultades para r
do honestas -contestó él, mirándola con intensidad-. ¿Es
ués de esa frase fue denso.
con calma. Dio un pas
aceleraba. ¿Qué estaba haci
detenga -susurró él, i
nces l
unos segundos. El sabor de su boca, el calor de su cuerpo, su olor masculino y limp
po tembló. Cerró los ojos
idad se estrelló cont
mente, con la re
mal. Estoy casada.
olo la observó. En sil
so no justifica traicionarlo. Y además... no es ético.
manos al rost
dio un p
ia
por hoy -interrumpi
ada más. Solo salió del despacho, cer
lando. Porque sabía que algo había c
r de sus labios seguía en los suyos. No debía haberlo hecho. Lo sabí
ontró con Dylan, apoyado en su coche, con c
ntó Dylan apenas
modó la chaque
u esposa no te
o? ¿Tan rápi
tamente comprometida con su trabajo. Lo que tienes es
una ceja con
que hace horas extras para comprarme un
era vez desde que aceptó el
que hay pocas mujeres como e
ó los ojos,
insinuando?
sostuvo
tú merez
vió espeso. Dylan dio un paso
estés pasando de l
no se
llos a una mujer que vale más de l
de un hombre al que acababan de quitarle el control. Porque Brandon ya
es que no s