á evitando a su abuela que la acosa para hablar desde hace dos días; su abuela quiere tomar una resolución con unos problemas de la empresa, pero Sofi no quiere hacer nada;
desmedida y no iba a parar hasta conseguirlo y para eso, no podía estar frente a una empresa, no iba a cometer el mismo error de su padre, no necesita más dinero del que tie
a su perseverancia, le falta poco para cumplir uno de sus sueños que emp
les caigan en su acto de querer entrar a su edificio, cuando escucha aqu
? -susurra
ubio tome las llaves de sus manos-. Lo siento, me olvidé. Llego tard
ndo su boca con una mano y con la otr
asiente con la cabeza y agradece c
a, como si esa fuese una orden; S
rojado; de vez en cuando, cuando sus ojos se cruzan, le sonríe y agacha la mirada. A él le gusta y divierte la inocencia que ella destila; su rostro le dice que es tímida, pero sus ojos le dicen que también es pícara y debía admitir que también está un poco nervioso y no entiende el por qué,
a mesada y las pone, sin siquiera abrirlas, dentro de la alacena, eso llama la atención del rubio, es dec
uriosea sin aguantar
briendo una mecha más grand
uardas las cosas en s
aca una botella de vino, su boca estaba seca y
lsas en el mismo lugar -le
do. ¿Vino? -pregunta de
beza, todavía tratando de descif
estaba el separador y lee un par de estrofas, en cuanto entendió de qué va la historia se carcajea por dentro y muestra una gran sonrisa cuando Sofi se gira hacia él. La cara de ella era un monumento de cera, quería que la tierra se la tragara y luego que la escupiera en otro país
estoy sorprendido
ar lo más normal posible, pero fracasa estrep
as de amor y romance... Pero esto -Baja su mirada a
romance -Se
n voz alta. Ella estira la mano para sacarle el libro, pero él es más veloz y no la deja llegar-. Espera que viene la mejor parte -dice divertido-. "Samará a
le interrumpe con
o y la observa c
e avergüenz
ta con demasiada velocida
ás roja com
l vino -s
do libro, amenazándola en sil
quizás un poco de v
uriosidad? -quiere saber el rubio acercándose
ad... Cu
has intentado? -i
aya a soportar el
ue hay algo más en esa respuesta
staría hacer -habla
ncio. Ian coloca sus dedos índice y pulgar en la barbilla de la jov
decir? -pregun
e dice sonriendo-, es decir,
o -murmura
-cuestiona estr
ra y desví
engo mucha experiencia en... -E
el rostro de ella para que lo mirase-
? -habla en
asi
porque sabe que a la hora del sexo y de llevar a cabo sus fantasías, Sofi iba a estar inh
lve a desvi
solo pídeme que te enseñ
... Enséñ
~
-insta el rubio, haciéndo
; ella le había pedido que le enseñara, pero Ian quería que le pidiera que era lo que quería. Sofi estaba roja, habían terminado de comer hace rato «vale destacar que n
gue esquivando la repuesta, ya qu
o-, y me vas a decir que no tienes ninguna fantasía o que no se te ha ocurrido ninguna. Yo teng
rmura, mirando sus manos qu
s cerca, como si ella le f
aula -dice la últim
cuché lo último -Ian
a -su
diversión, por que s
lo dije -Se lleva la copa a
sualidad, dejándola desconcertada; sin medir distancias había llegado m
so, puso una mano en su nuca la acercó más, profundizándolo; ella por instinto enredó sus brazos en el cuello masculino y gimió dentro de su boca; Ian aprovechando su espacio la toma de
ieta más a él «a su erección», Sofi gimió al sentirlo recto y duro, tira su cabez
ras que cumplamos ahora? -murmura
sushi -confiesa a
se vuelve perversa al imaginarla con sushi
stre -sugiere, mostrán
sugi
as opciones-... No sé... El chocolate fundido
la chica levantá
-pregunta, mirá
eso desapareció
reaparece moviendo
é es
a en los libros que he leído no lo nombran, así que no está sobrevaluado -concluy
lo dejó pasar; la quiere desenvuelta y además le gustaba esa parte de ella, prestándose para los juegos, pero se compromete para sí m
es o vas a mantener el
lo que era, pero reconocía que esa sensación le había gustado y dado miedo al mismo tiempo, sin
rubio frunce el ceño, él no tiene ni idea de que ha
N
o que estas
meses... Unos
lo has
do el duce de leche -Él sonríe por la gracia que le causa
vuelva a colocar a ahorcajadas sobre su regazo-. Bien, hoy va
una primera v
n la abre mirándola a los ojos y succiona el dulce del dedo con lentit
unta con el dulce de leche y se lo lleva a la boca succionándolo con más presión, luego adentra su dedo en el pote sacando una generosa cantidad-. Saca tu lengua -ordena. Ella lo observa por unos segundos y con vacilación obedece. Ian embarra la lengua femenina con el dulce,
ando sus manos hacia atrás en donde desabrocha el sostén y lo deja caer al suelo; tomándola de la rendija del jean la atrae hacia él pegándola a su cuerpo, la devora en un beso devastador, apretando sus manos en la espalda feme
badurnado se lo lleva a la boca succionando y presionando con su lengua, extrayendo todo el dulce y arrancándole jadeos conforme la joven encorva su espalda para sentir más presión. Cuando su pecho quedó li
o subiendo desde sus caderas hasta sus mejillas. Ian, con su dedo índice lleno de dulce empieza a bajar desde el medio del pecho hasta su pelvis, muy lentamente y sin apartar la vista de ella, escrutándola con la mirada y me
res qu
res -m
aricia. Con una media sonrisa baja con su boca al lugar untado con dulce, primero sopla enviándole una brisa caliente que hace que ella ahogue un gemido, luego pasa la lengua saboreándola, provocando que mueva
o de no aplastarla, al tiempo que se introducía en su interior, arrancando gemidos de ambos. Balbucearon cosas intangibles. Él no paró s
una lámina de sudor recorría sus cuerpos. Una vez que sus cuerp
teresa, murmurando l
S
nuevo postre favorito -
; él sabía cómo tocarla y en una parte muy profunda de ella, sabía que era por su experiencia y de todas las mujeres que ha llevado
e pone en la cabeza que solo es un sentimiento porque ella es inexperta y a Ian le gusta llevar las riendas del asunto. Sabe que por u
edón y sabe que es su pase para la retirada. Depositándole un beso en la frente se al
la frente, un acto que jamás ha tenido con ninguna otra y
de ese lugar lo
ego sacude su cabeza para reacomodar sus ideas. Sin proponérselo mira hacia la cocina y la imagen de las bolsas que Sofi guardó despreocupadamente en la alacena se ins
ad», su celular suena haciéndolo pegar un pequeño salto en el lugar-. Eso me pasa por fisgón -farfulla, mientras sac
ue estoy un poquito... Pero muy poqu
-espeta-. ¿
onde el morocho arra
o -Suspira y co
bajo a Gaby y sus n