l final, solo pudo abrazarlo, sintiendo el peso de la responsabilidad hundiéndose más en su pecho. Leo se quedó quieto, sin corresponder el ab
ón y tristeza, se multiplicaban. Las palabras de Leo no dejaban de resonar en su mente, cada vez más pesadas, más reales. -Eres un mal padre-. Se lo había
putadora, cuando James se acercó. Su amigo lo miraba con preocupación, sus cejas fru
o en el espejo le decía que la vida lo había tratado duramente. A sus 27 años, su apariencia era más bien la de un hombre de 40. El cansancio se marcaba en sus ojos
nuó hablando mientras Liam segu
e inclinó un poco más cerca y sacó una tarjeta de su bolsillo-. Esta es un
igo, vio la expresión de esperanza en su rostro, pero él se sintió pasmado. La idea de contratar una niñera había pasado por su mente en más de una ocasión, pero
cupación evidente en su voz-. No quiero que me ayuden a
la mano en un
buena chica, y ha trabajado con varios padres en situaciones difíciles. Te puede ayudar más
más entrara en su vida y en la de Leo? Las dudas se arremolinaban en su mente, pero también había una pequeña
a voz casi titilante con la posibilidad. James son
ontrol mientras preparaba el desayuno y alistaba a su hijo para la guardería. Pero en su apresuro, había algo cómico en la escena: Leo lo observaba con los o
entras Liam le ofrecía un vaso de caf
guía buscando frenéticamente su chaqueta, pero Liam no parecía haberlo escuchado. Con la c
cantadora. Bianca sonrió al ver al niño, y los ojos de Leo se iluminaron de inmediato. Era como si hubiera encontra
u mente se llenó
r desconocido. Sin embargo, sus preocupaciones se disiparon al ver salir a Liam, que, a pesar de su
extraña-. No puedes abrirle a nadie que no conozcas. ¿Qué estás pensando? -Su ton
apuntando con un dedo acusador a su padre, quien se s
James te habló -dijo, extendiendo la mano hacia Liam, quien la miró sorpren
cómo su calidez y simpatía iluminaban el pasillo. Sin embargo, la idea de lo e
apurado. Leo, ven aquí, te
nca, quien se agachó para reci
a sonrisa amplia-. ¿Te gustar
conectaba instantáneamente con ella, y no pudo evitar sentir
e ni siquiera había notado lo linda que era la chica. La forma en que Leo interactuaba con ella le dio un poco de c
irse. -Bianca, te agradezco que hayas venido. ¿Te gustaría quedarte c
sonrisa que reflejaba su entusiasm
unidad. Tal vez, con Bianca en su vida, podría encontrar un poco de equilibrio y espacio para respirar. Pero también había un
usión y el peso de la culpa. Tal vez, solo tal