oratorio se sentía
hija, Valentina, no
ibrante de colores y
ticamente imposible que Alejandro y yo fu
terca
r indesc
omo una
e me heló la sangre: mi esposo, Alejandro, y su am
bía inyectado anticoncep
dadero hijo, Mateo, había sido asesinado
iesta, y forzada a una extracción de médula ósea para "sa
de ser t
seres más cercanos
izaba, me convertía en un
rnidad, mi alma...
ron por
e mi dolor, presionando mi heri
ngre y desesperación, la furi
ía nada q
ayuda de Javier, un arquitecto que conocí e
final, era mi