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Historia
Entre Cenas y Letras

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Capítulo 1 Café Amargo

Palabras:1025    |    Actualizado en: Hoy, a las 04:05

esde el momento en que su cappuccino lle

n espuma feliz, traen cafeína amarga, correccion

sonrisa no era una señ

os seres con complejo de semidios, ya era decir mucho. Lucia atravesó los pasillos como si fueran trincheras de guerra, esquivando las miradas cómplices y las

rte, la

papel de la narrativa en la política moderna. Y sí, claro, la carta de intención para el puesto de Editor

terceptándola como quien se lanza a parar un tre

esagio #1: Emma no la

o sonrisa. Ni siquiera

ya sintiendo cómo su estómag

. sól

rsianas estaban abiertas, el café olía demasiado fuerte y

e dejó d

. Él

suficiencia con la que le había pedido matrimonio. Y con la que, dos meses antes de la b

. Jodid

becario con demasiado tiempo libre y un problema con el karma estaba jugando con Photoshop y la

parecía pronunciar las palabras como si f

alegraba que le arranca

hacia el director, que ahora sudaba como

spués de un análisis exhaustivo, el comité ha decidido otorgar el puesto de Editor en Jefe a Charles Raven

Como si Charles

cara del director ni utilizó el tintero como arma medieval, aunq

ntir. Una vez.

, sin una pizca de em

er el papel de su vida. A ella le dieron ga

ntos con profesionalismo -dijo

ntra su propia dignidad. En su cabeza, las palabras daban vuel

neurociencia narrativa en revistas internacionales. Su prosa se citaba en simposios, por el a

ó la puerta, se dejó caer en

nces l

de un edificio moderno, un cartel recién colgado

ina experime

o y expresión seria intentaba estabilizar una torre d

tenía manos rápidas, mirada concentrada, y cero idea de que alguien lo estaba observan

antó la vis

desvió l

tam

que su exnovio era su nuevo jefe. Po

n las palabras "Charles Raven es tu nuevo jefe" rebo

ar

fundió a Borges con un di

Virginia Woolf era un p

a era s

hondo que consideró mudarse a

uchillo como si le debiera dinero. Cada movimiento era preciso, obsesivo, casi sensual

parecida a la de su

e no necesita humillarte para senti

ltó una

e Armani, con alma de cartón reciclado, que había conseguido

ba c

terario est

el chef tenía

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