necer era espeso, cargado con el perfume car
os enamorada de
o Vargas, un hombre rudo, silencioso, un mund
a mi éxito. Pero mi verdadero triunfo era el anill
dio de tanta falsedad. Me guio hacia el centro
a anunciar nue
ca de su chaqueta. Bril
cida, resonó en el micrófono, co
Senador? ¿La masacre d
do se
lítico respetado, se quedó hel
o por narcotráfico y
dre, mi héroe, era un monstruo. Y mi prometido,
a sido un
re, uno de los leales a mi padre,
ensé. M
mbó en mis oídos. Caí al suelo, y lo último que vi fue el ros
lor del hombro no era nada
ya silueta se recortaba con
fue m
Su voz era un
ue parte de