boda. Estábamos de vacaci
oría cinco, golpe
igua. Las paredes de adobe no res
ritos, o
ncia, estaba atrapada, pe
era y un montón de escombro
údame! No pu
mí. No había nadie más.
illo de obsidiana. Lo llevaba en mi bolso, una
brillaba débilme
odrida, a romper los trozos de adobe.
omo una loca, movida por
e, liberé
Mateo! ¡Es
rientado, cubierto de polvo. En el
ara no caer. No fue int
ra un trozo de pared
agudo y punza
n sostenía, se había roto. Un fragmen
pecho. Ha
concentrado en su propio dolo
ue nos rescataran, el médico
orita Valderrama. Es increíblemente afilado. La cirugía para extraer
o?" pregunté, con
o emocional fuerte. Un golpe, un sobresalto extre
a frase. No
quería que se sintiera culpable. Quería q
ra era todo lo
el dolor en mi pecho era una agonía
ragmento se es
quedaban poco