los
uz de aquella mañana. El olor a bizcocho recién h
ientre. Mi be
No fue un sueño. Fue real. Lo sentí
una hora, Javier vendría a
pero lo aparté. Tenía una segunda o
cocina de la pastelería. Mi madre tarareaba mientras glaseaba unos cru
imagen de sus rostros deformados por el o
s dormido bien?", pregunt
go que hacer un recado antes", mentí
sta del periódico. "¿S
lgo rápido. N
r. Necesitaba ese informe. Tenía qu
La enfermera me entregó el sobre sellado. Mis m
érmino médico que no entendía. Busqué cualquier cosa, u
contr
el médico: feto sano, sin an
avier lo viera. Cuando salí del baño, él estaba allí, esperándome. Su so
te has adelantado?
un paseo",
quí, dame los resultados
médico quiere hablar con no
ensombreció un p
ir al baño de nuevo. "Se me ha olvidad
re bajo mi jersey, pegado a mi espalda. Volví a
estimé a
e duele la espalda? Déja
taban en mis hombros, bajando por mi espalda. Se
rpo se
olso, que había dejado a mi lado. Lo hizo con una destreza que
lejó unos pasos
oria se
emblaron. Sus ojos se llenaron d
í. "Sofía, tene
ome de pie. "No voy
e, es imp
lo que vas
nto, sonrientes, ajenos a la to
Por qué gritáis?",
de mí, le tendió el informe.
iba a dejar
rzas. "¡Socorro! ¡Mi marido y mi f
Todo el mundo se giró a mirarnos. La
¡El médico lo ha dich
a boca. "¡Cállate, Sofía
¡No me toque
l papel al suelo. Su rostro era un poema
ar esa boca,
Dos hombres lo sujetaron. Una enf
uardia Civil!",
incón, llamándome "hija ingrata". Javier es
n una intensidad particular. No era una paciente. Sostenía u
l entraron en la clínica. La calma forzada q
uí?", preguntó uno de el
Ellos. Quieren obligar