ruido de fondo para la creciente indiferencia en mi alm
los primeros. Los envolví uno por uno en paños suaves, como si estuviera preparando un cuerpo para su entierro. Luego mis libros
tante. Mi obediencia ya no era una actuación de amor, era la
la a
ban. Intentó provocarme, como siempre. En una fiesta en la piscina, se besó apasionadamente
te me di la vuelta y fui a
nte otra de sus estúpidas reuniones, uno de los amigos de Iván, un idiot
o! ¡Es oro
os desenfocados por el alcohol que me habían obligado a beber. Estaba tropezando al borde de la
ón, el sabor del agua de la piscina mezclado co
talló en c
ciana n
e un salto, agarró una botella de champán y la estrelló contvoz temblando. "¡Lárguense
. En el silencio que siguió, Luciana se giró hacia mí. Sus ojos
yo... yo
e, poner una m
. La miré, mi rostro tan vacío como me
abitación, dejándola sola en medio de los resto