icadeza que no sentía por dentro. Me levanté,
ctamente ha
, todavía con el braz
¿No ves que e
ó fría, irr
stá mu
o. Una risa
o adentro y asegúrate de que se disculpe con Sofía cuando s
"Máximo, cariño, no seas tan duro co
mirándola fijamente. "
evas a hablarle así. ¿Has olvidado quién eres?
moria", sacó su teléfon
Atada a una cama, drogada
que mi madre recogió de la calle. Te di una cara nueva, un
fajo de bille
s. Tu cara se está empezando a
el suelo, mi mano
zas de Leo", dij
eo pareció enfu
sa mentira! ¡N
ue uno de los sirvientes había
cenizas? ¡Aq
de mi hijo se esparcieron por el suelo sucio, mezclándose con
radamente recoger los restos de
teléfono de Máximo
e contorsionó en una
lla. Era un informe de ADN. "¡Sino que ni siquiera era mi hijo! ¡
anzó so
r de la sangre llenó mi boca. Caí al sue
cantarilla!
entras yo me aferraba