ja de madera, una que yo reconocía. Era la caja donde guardaba sus medallas de juvent
partió el alma. "Juega a la ruleta rusa. Si vives, te largas a la
crédulo. ¿Un favor? ¿M
mas corriendo por sus mejillas. "Por tu sobrino, el nieto q
sonó en el silencio. Me
Para que este pueblo fuera seguro. El go
cobarde. Un matón que huyó y nos dejó con tus problemas. Si no te
e algo estaba terriblemente mal. Con un movimiento rápido, pateé l
bas eran reales. No había fogueo. No había
ado por la furia de ser descubierto. "¡Eres una
ván? ¿Sobre mentiras? ¿So
osición. El señor Ramírez, el político, c
. Ahora entendía. La corrupción que yo había jurado destruir ten
s, "la que puede derribar a gente como Ramírez, trae
ueras un héroe, ¿por qué volverías solo, como
abía convertido en un vacío helado. Di media vue
ninguna part
rios hombres armados, sicarios, salieron de la oscuridad. I
desarmé. Pero eran demasiados. Mientras me defendía de uno, otro se desliz
nocí el veneno al instante. Una toxina de acción lenta, una de las favoritas de l
piernas. Lo último que vi antes de que la oscurida