rad
andemia, Salón de congresos
la pandemia, este fue el caso de España, que tuvo que habilitar algunos pabellones del Salón de Congresos IFEMA, como hospitales de urgencia, tras l
los interinos de urgencias, entre los que recibieron el reciclaje fue la interna en cirugía Coorah Bell, y otros ciruj
oz, cirujano plástico, ocho años mayor que Coorah de veinticinco años, acabara conociendo, intencionadamente, a la doctora Bell, con presuntas intenc
uenta y tres años, antigua amiga de la madre de Coorah , que la conocía, y sabía de su pasado, algo que
e motivó el vespertino interés de Carlos, por la médico cirujana australiana, que, hasta ese momento, él ni había mirado, po
sando las noticias de su país, por alguna razón la mujer de mediana edad, paisan
ba en el grupo de riesgo, pues era asmática, aunque tenía la enfermedad desarrollada, aun no necesitab
e sorprendió de que, a pesar de que su paciente respiraba con dificultad, mientras él junto a la enferm
o."- le dijo el médico en inglés, algo molesto, por la actitud
volveré... incluso Coorah ... debe de estar igual... sobre todo ... tras las noticias de lo de su padre.... que se haya recuperado ... de
n le ha bajado mucho, llame al anestesista, ya, hay que sedarla. "- d
octora Bell, es ... importante."- dijo la señora Kelly intentando entreg
ma, la señora Kelly, fue sedada para que entubarla, lamentablemente tras una larga lucha, d
, por entre las ranuras de su taquilla, en venganza, porque el playboy doctor, como a tantas otras, la había usado con falsas promes
abrió las cartas, para saber que tan importantes eran, y si merecían ser
a para la doctora Coorah Bell, fue toda una revelación, allí se contaba todo sobre la familia de ella, su dinero, y su poder. En la carta, la señora Kelly le prometí
te le interesó, pronto busco información de ella, y de su familia, y le pareció que, aunque era fea y
car a esa gordita, si no es por los qu
o plástico, si conseguía a Coorah, tendría una de las dos cosas, las mujeres ya vendrí
A, comenzó a mostrar interés por la cirujana Coorah Bell, algo que e
pronunciadas en las caderas y en el pecho, y su cintura no era estrecha. Su pelo, aunque siempre estaba recogido, era castaño oscuro, muy sedoso, y sus ojos de color verde oscuros, casi marron
prefería centrarse en su trabajo, más aún, ante una pandemia, y continuó rechazándolo, incluso c
del médico, pronto, casi sin darse cuenta, hizo que Coorah aceptara tomar una copa con él una noche, y
las desavenencias, en los pocos momentos que se veían, ante la insistencia de su novio, en que hiciera dieta, o se hiciera algunos arreglillos, que ella rec
era kilómetros de su novio, que trabajaba en Madrid, para la unidad de trasplantes en el mismo hospital que le salvaron la vida, cuando tenía doc