o el verdadero infierno e
s gritos de "¡Bruja! ¡Monstruos!", mientras el
la helada traición de Camila y Renata, las hijas
ndo nuestra ruina, acusando a Ri
entencia con gasolina y fósforo, y morí con u
ces, de
mis pies descalzos sobre el f
, era una segun
, el día de la cita médica que lo cam
evo, que la prensa nos devora
truyeran a Ricardo, ni que nos
sus movimientos, cad
a Sofía, la que sol
estaría