a, intentó volver a visitarme, pero Ricardo debió haber aumentado la vigilancia. Escuché un forcejeo fuera de la puerta una vez, seguido de los gritos de Ricardo y el llan
Ricardo bajó de nuevo.
dijo bruscamente. "Espero que
stro se endureció. Me aga
o rasgado. Metió la mano y sacó la pulsera de obsidiana que me había quitado y que yo había logrado recuperar y esconder.
solo eres una mentirosa, sino también una ladrona!" g
nsparente que era casi ridícula. P
e producción de su fábrica textil. Había reunido a un grupo de sus empleados y a un par de hombre
cio. "No solo intentó manchar mi reputación anoche con mentiras, sino que t
ástima y desprecio. Yo estaba sucia, despeinada, con la r
iriendo un tono de justicia hipócrita, "el robo
fuerza a mi espalda. Ricardo se acercó a una de las mesas de corte, donde había pesadas herramient
poderó de mí. Esto no
robar," dijo Ricardo, su voz peligrosamente tran
ha, que uno de los guardias había extendido y
enseñará,"
día escuchar el aire silbando mientras la hoja de metal descendía. Espe
OR RIC
la entrada del almacén. Un asistente de Ricardo cor
ICARDO, DE
zalla a milímetros de mis dedos. Se
NIOS QUIERE
tragó saliv
A la oficina princi
egado, idiota?
ondo, su voz apenas un
or Marco