cia El Tigre como si fuera un saco de papas, mi mente, en u
o me había
la ropa o
e había llevado a la peluquería del pueblo. Insistió en que me cortara mi largo cabello cas
la ciudad eran "demasiado llamativos" y dándome
de amabilidad
o preparando
ada rasgo que pudiera conectar a la "Sofía de la ciudad" con la
culado, tan meticulosamente pla
recuerdos contrad
caballo pura sangre para mi cumpleaños número quince,
ordenando que le rompieran las piernas a un jardin
que se burlaron de mí en la única fiesta a la que me permitieron ir,
ue descubrió que le había escrito una carta a una amiga del colegio, gritándome
oneda envenenada. Había escapado de esa jaula dorada, anhelando la simple l
n mi mente como mi salvación, me había vendido de vu
, dijo mi padre, su voz
nclinó, y por un instante pensé que iba a dec
so, me escupi
e y asquerosa cor
ras tú vivías como una reina" , siseó, su rostro contorsionado por un odio qu
, su mirada llena de
amigos ricos de mi
o el vehículo se alejaba, levantando una nube de polvo que se tragó la luz d
n los m
enía una familia que me amaba de verdad, una familia a la que podría volver si
camino por el que mis verd
nía a
ía tenido
el brazo, su toque e
na" ,
s, vacía de esperanza,