rimer rayo de sol. El aire de la ciudad, aunque contaminado, me pareció fresco y lleno de
ente en una colonia tranquila, con un parquecito enfrente. Era un departamento pequeño,
ro sí una de buena madera, con un sonido claro y profundo. Ver sus ojos brillar
os con lástima. Pero su talento hablaba por él. Cuando tocaba la guitarra, el silencio se apoderaba
dos y un poco locos, que lo aceptaron sin preguntas. Lo vi reír de nue
inar siempre había sido mi pasión. Preparaba los platillos que mi abuela me enseñó, comida casera, con sabor a
convertido en una especie de ángel guardián para nosotros. Gracias a él, supe que el juicio contra el polític
hombre se acercó. Era alto, de aspecto amable, y l
o, señora," dij
. ¿Qué le
as que yo había puesto en la banqueta. Comió en sile
" dijo. "Me recuerdan
aba en una organización de ayuda a comunidades. Era un hombre sencillo, con una mirada
u tiempo en el ejército, de mis sueños para el negocio, de la música de Mateo. Con él, me se
por el parque después de que
los árboles, me dijo alg
además, cocina como los ángeles." Se detuvo y me miró a los ojos. "Me g
anto tiempo que nadie me hablaba
e verdad. "A mí también
contenta, más relajada. Una noche, mient
ñor, Antonio..
viosa. "Es... un b
opia de su edad. "Te mereces ser feliz, mamá. Has sufrido muc
e lágrimas. Mi hijo, mi pequeño gue
un cause de paz y felicidad. El pasado
, a veces, se
más delgado, con la barba crecida y la ropa arrugada. Ya
jo, su voz er
uieres,
Me quitaron todo. E
a de lástima. "Ese
to funcionario me destruyeron!" Empezó a al
e venía a buscarme para ir
ía?" preguntó, su presenc
esprecio. "¿Y tú quién eres? ¿El nue
dijo Antonio con calma, pero con
tu guardaespaldas. Pero no te vas a deshacer de mí tan
latiendo con fuerza. Sabía que no sería la última vez qu
bía costado construir v