truendo de la lucha y la risa. Sus retratos, coronados con listones negros, me observaban desde la pared de la oficina, dos leyendas de la lucha libre, "El Cóndor" y "
Soy el hijo menor, el que heredó la agilidad de mi padre y la terquedad de mi madre, pero a
presidente de la Federación Nacional de Lucha Libre, un hombre cuya cara parecía
la pequeña habitación. "Lamento tu pérdid
n encontra
frente a mí. "El Salón de la Fama de la Lucha Libre, el leg
se escapó de mis labios. Era el sue
ado de los Ramírez no puede morir contigo. La Federación exige que te cases, que
se abriera bajo mis p
. Para proteger el Salón de
l mundo de la lucha libre lo sabía: El Halcón necesitaba u
se movía como si el mundo le debiera algo, con una mueca de desprecio permanente en sus labios pi
entras se paseaba por el ring, pasando un dedo por la
un amor ciego y estúpido que me hacía perdonarle todas s
¿qué ha
a mí, mirándome
a solución. Cá
fundido. ¿Er
inuó, señalando el gimnasio, los trofeos, el legado.
endió en mi interior, una es
z se volvió fría como el acero. "Tú y yo dormiremos
Qu
guiré viéndome con él después de la boda. De hecho, cuando tengamo
utal que cualquier llave en el ring. El Fantasma Negro. Mi may
edes estar habl
go el estatus y el dinero, y sigo con el hombre que realmente quiero. ¿
dido en la oscuridad de las gradas, los vi juntos. Ximena se aferraba al Fantasma Neg
ella. "Hará cualquier cosa que le pida. Una vez que nos casemos,
ntasma, su voz llena de codicia. "Junto
o. La tristeza se transformó en una rabia fría y cortante. El desenga