cada fotografía en la pared, era un recordatorio de lo que había perdido y de lo que estaba a
. Si no me casaba, mi tío Ramiro "El Buitre" y el resto de los parientes codiciosos, que ya sobr
a mujer pequeña pero con una voluntad de hierro, la matriarca silenciosa de l
" me dijo en voz baja. "Tu prima siempre ha t
La herencia, la condición de la
mi lado y puso una man
todos nosotros juntos. Siempre t
, sin e
nor de la familia Mendoza, hicieron un pacto. Un compromiso. Una promesa de m
"¿Un... un matr
. Lo hizo después de que salvaste a su hija de un acci
de auto cuando era un adolescente. Recuerdo haber sacado a una niña del coche justo antesabía un sobre amarillento sellado con cera. Lo abrí con manos temblorosas. Era un contrato, escrito con
mezclándose con la curiosidad. El contrato no especificaba el n
años. Se volvieron muy reservados," admitió Doña Elena. "Podría se
che, tomé una decisión. Envié una carta formal a la dirección que figuraba en el contrato, acti
ecidido. El Halcón estaba
e la mansión sonó con insistencia. Era Ximena.
a una fiesta de gala esta noche. Necesito un vestido nuevo. Y unos zapatos. Y joyas.
que yo, como siempre, corr
mbiado. La miré, no con amor
,"
entamente, una ceja arquea
diji
ue no,