del ruido de la ciudad para sanar heridas invisibles, marcado por
na voz femenina chillona y venenosa:
la decencia! ¡Mateo me dio permiso para limpiar
nueva socia de Mateo, quien, confundiéndol
Valeria ordena romperle el cuello a María, la lea
insignificante ante la f
Sofía, temblorosa por el shock, mi
dad: "¡Soy Sofía! ¡So
verdad, y la someten a una tortura inimaginable: le rap
go la arrastran, dentro de un saco de arp
ioso, Valeria la presenta como la "crim
a en el saco, hiriéndola, y ordenó que la llevaran a
u último pensamiento es: "Mateo