no le perteneciera. Estaba sentada en el porche de su rancho, un refugio que ella misma había construido lejos del ruido de la ciudad y de los negocios, un lugar para sanar las heridas que nadie más
enaza de un futuro destrozado. Sofía no lo dudó, fingió un accidente automovilístico tan grave que le costó el uso de su brazo, pero le compró a su hijo su li
de la tarde, llegando desde l
scandalosas. El rancho era su santuario, un lugar donde el cao
sa perra de s
veneno que Sofía no reconoció de inmediato. So
amilia, puede hacer lo que se le dé la gana! ¡Un
rusco. Su corazón empezó a latir con una extraña premonición. ¿Una empleada? ¿Un escánda
Mateo me dio permiso para limpiar la basura que mancha el nom
seguía siendo la directora honoraria, la matriarca. Nadie podía venir a su propiedad a causar problemas sin su permiso, ni si
el sirvienta, María, que la había cuidado desde el acciden
vaya. Son gen
adie viene a mi casa a grit
terriblemente con el polvo del camino. Era Valeria, la nueva socia de Mateo. La había visto en fotos, la mujer de la que su hijo hablaba con tanta
ida con sencillez, con un brazo inmóvil y el cabello
cilla de las putas," escupió Valeri
iera aclarar la terrible confusión, la mano de Valeria voló por el aire.
El mundo pareció detenerse por un instante. El shock la dejó sin aliento,