ncontré a Roy en el salón principal, leyendo unos docu
s papeles, su expresió
n frialdad. "Levántate. Haces
mpliré mi promesa. Seré la sirvienta de Lina. Pero,
tó y me miró
con tus lágrimas y tus arrodill
y me arrastró fuera del salón.
otesté, pero él
hasta mi habitación
su voz era dura como el acero. "No
on llave, dejándo
. Mi plan había fracasado. Mi hum
lo ruego. Perdona a mi familia. Haré cualquier cosa
uesta. Solo
a se abrió. Era Roy. Su
rdenó. "Vamos
ña casa de invitados donde Lina se alojaba.
n una sonrisa cruel. "Dice que quiere se
iba abajo, con una
mesa. "Necesito que alguien me toque la guitarra. Quiero e
arra que estaba ap
voz era dulce y venenosa. "Mientr
rio. Cerraron la puerta, pero dejaron la ventana abi
a en mi regazo. Mis dedos, temblorosos, e
seria. Las yemas de mis dedos empezaron a doler, luego a sangrar. Pero no me detuve. Seguí toc
brió. Roy salió, solo. Me vio en el suelo,
y asco. "¿Estás intentando dar pena? Limpia esa sangre ah
n despreci
limpiar la sangre de mis manos y de la gu
ya estaba despierta. Me mi
a intención de irme de Sevilla. Fue todo un plan. Sabía que
liento. La maldad en sus o