me salvó de mi propia estu
para manejar a un niño flacucho como yo, me jaló del borde del
que por el dolor, ella simplemente
ruido, no te
ápida y dolorosa, me acom
a mujer que me asignaron para q
s, no tan
lla era un largo p
sangre real era tan dudosa como la
rieron en esa revuelta, yo era solo un
un título inútil, un recordatorio
, los sirvientes me daban de comer por ob
ibros viejos de la bibliot
padres, a los que nunca conocí, y el frío
ñera constante, una manta pes
un día,
itán A
cortina polvorienta, observando a
en medio de
rmadura que brillaba de verdad, no como las oxida
nta de que
itarme o ignor
ura, y sus ojos no mostraban lás
quí, pequeño?
da, como el pan
l trozo de pan duro que guardaba en
sonrisa se des
su cinturón y me ofreció u
ue tienes más
na como si fu
lguien me daba algo sin
a vez que alg
onvirtió en mi secreto
s, y si tenía suerte, me ded
an suficientes para sos
onces, l
me
i vida, irru
y cansado de mi existencia, me informó qu
otro guardia v
ó en mis aposent
egro y corto, y una cicatr
e Alonso, estaba llena de abolladuras
la espalda que parec
bajo, y su expresió
reguntó al consejero, sin
ro asintió
Tu deber es
soltó u
n resfriado? Parece que s
, sus pasos pe
u sombra me cub
más, algo salvaje como la tierrdornos. "No me estorbes, y yo no te estorbaré
la habitación, donde se quedó de pie
imena se convirt
s fueron un infi
blaba, sol
oteca, al comedor, incluso se paraba
umadora, una montaña
hablarle
gunté, mostrándole un lib
quiera mir
N
a nuestra c
a, la comida era la mism
pie junto a la
hambre?",
," respondi
ra mentira, la habí
ecente de la comida, en el bo
varme las manos, e
n, con la misma cara de piedra,
rimera tregua
e pan en medio de u