ulmones con dificultad, mi corazón latía desbocado, como un tambor de guerra. No estaba en el frío y solitario mausoleo donde me habían enterrado, sino en mi propia habitación, la qu
lto? ¿Realmente había regresado al punto ante
orriendo a la habitación, su ro
n? Tuvo una pesadilla, grit
traicionó con mi mejor amiga, Valeria, la mujer a la que siempre eligió por encima de mí. Recuerdo el día de mi muerte, el veneno lento que me die
té en la cama, mis manos temblaban. Miré mis manos, jóvenes y sin la
or, no me casaría con Ricardo, no d
oy a ver a Su Majestad, el Emperador," ordené con una
ta? Hoy tenía una cita con el
errumpí. "Lo que voy a hace
isto como una alianza política beneficiosa. Pero yo sabía que había otra amenaza para el imperio, una mucho
i reflejo en el espejo me mostró a una joven Sofía, con los ojos llenos de una de
ecordaba. Me arrodillé ante el Emperador, un hom
de tu visita inesperada?" preguntó el Emperad
"Vengo a solicitar la anulación de mi comprom
sala. El Emperador levan
es una petición seria, Sofía.
no por el bien del imperio. En lugar de casarme con Ricar
o. Incluso el Emperador pareció qu
s pidiendo? Sería un sacrificio enorme, la vida en
detendría el derramamiento de sangre. Mi felicidad personal no es nada comparada con la estabilidad del imperio,"
studiando mi rostro. Vio mi deter
l norte sería, en efecto, un gran beneficio para el imperio. Acepto tu petición. Anularé tu compromiso con Ricardo y te e
rer mi cuerpo. Lo había logra
stad," susurré, i
perador aún no se había hecho pública. Isabella me re
ardo ha estado esperando por ust
erlo, no todavía. El simple hecho de
que no puedo recibirlo," dije
rvios. Mientras caminaba por el sendero de piedra, escuché voces familiares p
erza contra mis costillas. Podía verlos claramente. Ricardo so
e susurraba Ricardo, acariciando su
en una semana. ¿Qué pasará conmigo?
ra. Ricardo la había "consolado", y ese consuelo se convirtió en un romance secreto que me destruyó. Verlos
drama ya no era mi problema. Observé sus rostros, la forma en que Ricardo miraba a Valeria con una ternura que nunca me dedicó a mí. Quería ent