omero, y esta es la
el cielo no lloró, se romp
espuestas en los cie
aga, la sequía, la invasió
, mi propio hermano, el Príncipe Carlos, y
ó con m
tí el frío del acero separando la piel de mis músculo
ron la Lámpara de las Alm
el inframundo, un l
da ante el Juez. Las almas de m
terno para
da para
uertes vienen de
amarte así, nos traicionaste a todos,"
u conciencia, Sofía," añade Die
el Inframundo
do revelará la verd
palacio de San Miguel, hace muchos años. Una
dice Carlos, abrazándome, "Nunca más dejar
es hablar de protecció
a Vargas, a quien Diego defendió, me obliga a humillarme ante e
que todos temen. Pero