contra el agarre de la en
, su rostro surcado de lágrimas.
o ruego. Salva a mi hijo
azo demorándose alrededor de sus hombros. El ges
nquila y razonable, como si me estuviera pidiendo qu
ía. Se había sentado junto a mi cama durante días mientras los médicos me daban serm
Dejé que me sacaran sangre. ¿Qué era una violación más,
no. Esperé dos días. Las enfermeras entraban, sus rostros una mezc
una tarde entera haciendo caras graciosas solo para sacarle una sonrisa a su hi
uento a Mateo antes de dormir. Un video de ellos riendo juntos en la sala de juegos del hospital. Una foto de los tres, dormidos en l
mensaje que l
os en el café de enfrente. T
reservado, una sonrisa de suficiencia
. Un latte deslactosad
é el
uieres,
elante, su voz un s
Isabel. Yo soy el futuro. Soy la madre de su hijo
ña grabadora de a
le
madre, débil y frágil, de unos meses antes de q
rminar con esa mujer. Es
e Gregorio, fr
e crees. Y Jimena me necesita.
ena, mis ojos abiertos de par en
uando mi madre tuvo su ataque
e Jimena fue
ente... se rindió. Fue una lástima. -Tomó un delicado sorbo
lo colgó frente a mí. Era de mi madre. El que mi
se tiñó
ente, abalanzándome sobre la
vemelo!
uelo y se hizo añicos. Jimena gritó y tro
estaba embarazada-. ¡Estás tr
Vio la escena: yo de pie, ella en el suelo, llorando.
ciendo? -gruñó, su rostro una más
el relicario roto en el suelo-. ¡Era
rota, luego de vuelta a Jimena, que ahora soll
tranquila-. Dile que se arrodille y se dis
n par. Miró a Gregorio, una súplica sil
más rápida. Se p
ió-. Fue un accidente.
mbarazada y afligida de rodillas. Me vio a mí,
tó a Jimena en sus brazos, ignorando las miradas de
con los pedazos destrozados de la
ata rota y la pequeña y descolorida fotografía. Un sollozo
via, sin importarme que me estuviera empapando hasta los huesos. El
jado que esta muje
s cedieron y me derrumbé en el pavimento mojado, el m
hospital. Una enfermer
firme los formularios de cons
sonido amar
ngo fa