img El Precio de una Mentira Perfecta  /  Capítulo 2 | 10.00%
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Historia

Capítulo 2

Palabras:1510    |    Actualizado en: 13/08/2025

ué pasa?

ero sólido que había sentido en horas. Estaba sentada en el suel

-dije, mi voz

uchó la ruptura en mi voz-. Mi jet ya se está preparando. Estaré

grimas vinieran. No eran sollozos fuertes y entrecortados, sino un torrente silen

a vez se sintió como un hogar. Ahora se sentía como un museo de una vid

o desde marcos de plata. Encontré la pequeña caja de terciopelo que contenía el primer par de aretes de diamantes que me regaló

mi mundo empieza

cineración en el pasillo de servicio y, uno por uno, alimenté los pedazos de mi vida destrozada a la oscuridad. El traje a medida que usó en nuestr

o escuché una llave en la cerradura. La puerta se abrió y allí esta

a y su son

? ¿Qu

trayéndome a sus brazos. Me quedé rígida,

ró en mi cabello-. La reunión se

orado, estaban llenos de lo que parecía una preocupación genuina. Había contratado a un chef privado. La mesa de

jo, su voz una promesa baja y sincera-. Nada

una actuación, una muy convincente, pero ya no era par

gala debe haberte agotado. Y con lo que pasó con el pre

r mi padre, una pena segura y comprensib

sto duelo-. Nuestro aniversario. Una semana en una villa privada en San Miguel

de su teléfono. Miró la pantalla y, por una fracción d

o -dijo, su voz tens

. Vi el identificador de llamadas. No era un inversi

o y urgente. No notó la expresión de mi rostro. N

il millones de pesos. Dejó todo. Estuvo a mi lado en quince minutos, su rostro grabado con preocupación. Me sacó del edificio él mismo, sin importarl

a ido. Sus instintos protectores, su preocupación urgente,

A la mañana siguiente, Gregorio me estaba esperando, su rostro una imagen perfecta de co

pasajero, mi pie golpeó algo pequeño y duro en el tapete. Me agaché.

jos se abrieron por un momento ant

vier debe haberlo dejado caer. La trajo a la oficina aye

la ventana, una sonrisa am

ta. Un encantador e íntimo bistró francés en Polanco. Pi

ijo, sus ojos encontrándose con los míos

este hombre poderoso y carismático que parecía ver directamente

o su teléfono no dejaba de vibrar sobre la mesa. Lo miraba, su

nrisa forzada-. Una llamada rápida que tengo que ha

n, una cosa fría y aguda, me dijo que lo siguiera. Me deslicé de mi silla y lo seguí

puerta. Podía oír s

Mateo que papá está muy orgulloso de él por ser tan valiente. Estaré

iño pequeño, metálica

amo, papi! ¡Ve

ché la voz

esperando. N

ato. Estaba jugando a la casita. Le estaba arrullando a su

a, mi mano volando a mi boca para ahog

stá bien? S

ra responder, un g

para el personal. -Me estaba bloqueand

ue simbolizaba el comienzo de mi más grande historia

o su excusa. Una llamada rápida que tengo que

lmar el fuego en mi pecho. Empecé a caminar, mis tacones marcando un ritmo frenético en el pavimento. Mi pie, que me

n un pequeño parque. Me dejé caer en una banca, el mun

las lágrimas corrieron por mi cara, hasta que mi estómago se acalambró y no pude res

todo se vo

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