de las empleadas más nuevas, enviada a buscar algo, me encontró
tación. Ningún médico vino. Nadie me revisó, excepto la empl
d cruel. Escuché sonidos desconocidos en el pasillo: risas
udó. Tomó mi
ota en el pasillo. "Y la vista de los jardines e
ente. "Álex puede tomar la habitación de invitados en
e que mis padres murieron. La que tenía el techo pintado como
olo observé cómo los hombres de la
eño terrier mestizo y desaliñado que encontré abandonado en un parque el año pasado.
era más pequeña, más fría, con vistas al garaje. Beto pareció sentir el
mente" tropezaba con él. Le dijo a Carlota que el perro era un "mugroso perro callejero
o que no sacrifica animales a una hora de distancia. Estaba arreglando lleva
ñana", dije, con l
tó el aire. Era Beto. Venía del
re se c
rí. Salí al rellano princip
o a Beto por el pellejo del cuello, colgándolo
a lenta y cruel se e
olestia, Álex", dijo, su voz casual,
lanzándome hacia las e
ó, sus ojos brill
n callejero que nunca debería habe
ces, lo
dido cuerpo de Beto caer por el aire. Vi el de
la piedra fue un golpe s
la parte más profunda de mi alma. Miré l
ida de falsa simpatía. "Igual que tú. Tus padres murieron tan trágicamente,
ro de mí
cia de dos vidas, todo se encendió e
uerdo el crujido de un hueso bajo mi puño. Estoy encima de
a ma
Qué estás
arlota me tra
a conmoción. Me ve a mí, un animal salvaje, encima de
que acaba de ase
que siempre ha