res largos años atrapados en una ciudad pequeña, por fin volv
me lanzó una mirada de pura lástima. Me explicó que Ricardo ya había presentado una solicitud de reubicación
reveló la devastadora verdad. Había firmado mis propios papeles de divorcio hacía do
to a casar al
ntras orquestaba este cruel engaño. Yo había sacrificado mis propias oportunidades pro
éfono, con los dedos firmes. Llamé a Alejandro Valdés, el Vicepresidente de Ingenier
-pregunté, con la voz cl
ítu
rdo Morales, su esposo, finalmente sería transferido de vuelta al corporativo. De
esperanza por el futuro que compartirían. Lo único
cionado a Ricar
viernes. Tenemos que pr
mpre parecí
ado hasta el cuello con la e
otr
d necesitamos entr
? Se va a hacer y punto
y su ascenso era algo muy importante. Entendía que estuvie
todo, era arquitecta de software en la misma empresa. Sería sencillo. Caminó h
levantó la vista
n qué pued
eles de reubicación conjunta par
ño. Tecleó el nombre d
ra que el señor Morales ya com
una punzada
dijo nada. ¿Lo pr
ilante-. Presentó una reubicación indivi
tió en un nudo helado
e? Pero yo s
ministradora se l
aparece aquí es
a Sofía como un puñetazo. La nov
z temblorosa-. ¿Puedes revisar de nuevo? Es
eza-. El sistema está vinculado a los registros oficiales d
os mientras sacaba la caja fuerte donde guardaba sus documentos
oficial. Tenía
gistro Civil. La conversación fue una neblin
tro de un matrimonio entre So
casamos hac
sa, el sonido
do Morales. Se le concedió el di
cio? ¿D
eñora. De So
acía dos meses. Le había dicho que eran documentos de una inversión, algo para asegurar su fu
se hacía añicos al otro lado de la línea-, el
ró Sofía, aunque ya
señorita Br
ndo una imagen espantosa. La evasividad de Ricardo sobre
ño de una crueldad impresionante. La había embaucad
tacar, que le aseguraron el ascenso. Durante tres años, ella había puesto la carrera de él primero, rechazando sus propia
. Un futuro que él ya habí
da su vida, su identidad como una esposa amorosa,
Tenía que escuc
tó en tocar, simplemente abrió la puerta. Ricardo estaba al teléfono, c
o -dijo rápida
ión cambiando de sorpresa
ces aquí? Deberí
apeles de reubicación -dijo e
e te
tinuó-. Me dijeron que los present
ardo palideció.
o es lo q
on que estábamos divorciados. Que me e
l pelo-. Brenda... necesitaba ayuda. Fue una movi
onido áspero y roto-. Borraste nuestro m
llevarte para allá -dijo él, su voz adoptando un tono tranquilizador y man
ombroso. Todavía intentaba cont
su garganta-. Construí el software que te consiguió este asce
zco, Sofía, de
iéndolo. Miró la pantalla.
e suavizó a
que con
ándole la es
¿Está todo bie
a su verdadera esposa, dejándola a ella de pie entre la
momento
rme. Brenda
puerta se cerró tras él, dejando a Sofía s
tenso que sentía que no podía respirar. Entonces, un senti
ncontró el número de Alejandro Valdés, el Vicepresidente de I
al segund
al
oy Sofía
ucho saber que no tomarías el liderazg
ta? -preguntó ella, co
una p
pensé que te mudabas al
dijo ella-. Quiero el proy