casa. No llamé a la policía. No
vestido blanco a mi casa. Estaba roto y sucio por
sa oscura y silen
días. Sin llamadas
me extrañamente enérgica. Era el últ
do blanco arruinado. Me maquillé con cuidado, cubriendo los moretones
Era Álex. Su voz era fría,
St. Regis a las dos de la tarde. No lle
ra opción. Era el mom
nductor que cam
rteros me esperaba. Los flashes de sus
con una fuerza que me lastimó. Me arrastró a t
mi alrededor. En una gran pantalla detrás del escenario,
un micrófon
. Diles que la acosaste porque estabas celosa. Diles que la aceptas. Dejaré
nuestra familia, mientras yo todavía era su es
margo llen
unté, mi voz sorprendentemente clara-. ¿S
. Si no haces esto, llamaré personalmente al hospital y cancelaré el co
ó de mis labios. Él se estremeció, u
te -siseó
é al mar de rostros expectantes, y mis ojos se posaron en Karla, sentaden la sala silenciosa-. No he hecho nada malo. L
lex se puso pá
eal. Fue ayudar a una víbora llamada Karla Sánchez. ¡Ella es la razón por la que mi padre está muerto!
eporteros se apresurar
ió hacia el escenario. -¡El
anté las manos para
có. Se desvió en el último segundo, estrellando su vi
rojo se extendió po
jos abiertos de par en p
Me empujó a un lado, hacié
l golpe me hizo girar la cabeza
ntí se había ido, reemplazado por un vasto y vacío
esto con tu
razos y salió corrien
x aparecieron, agarrándome y forzándome a entrar en un coc
desde una ventana abierta. -Mi bebé... mi pobre be
hospital, su rostro una másca
tan fríos como el
-. Arrodíllate y exp
an entumecidos.
ron por los hombros y me obligaron
eza hacia atrás y miré al cie