al traumática por un accidente de coche lo convirtió en un monstruo viol
ta. Se suponía que debía ayudarlo a sanar, pero en su
n cuchillo. Grité una advertencia. Pero Damián no me protegió. Me
. Por Cristina, dejó que sus hombres me arrojaran por las escaleras. Por Cristi
accidente de coche planeado, dejándomeno muerta, si
mataran. Esta vez, las cosas s
ítu
ello brutal de metal retorcido y el rostro de Damián, frío e indiferente, mientras s
El sol de la mañana entraba a raudales por la ventana. Era un día q
o una segunda
un abuso que aún no había ocurrido en esta línea de tiempo. La resolución fue
padre, Alberto Ávila, estaba en la sala, leyendo
i amor. ¿Damián
é directamente hacia él, con las
ro romper e
ceño fruncido por la confusión. Me miró, me miró d
a? ¿Tuvieron otra
que Damián, en un ataque de furia ciega, arrojaba cosas, su voz un rugido que reso
, mis uñas clavándose en mis palmas. El dolor físico er
s, papá. Simple
respuesta vaga, pero era todo lo qu
vó con ojos preocupados. É
inundaron, no d
irector general, y yo era su orgullosa prometida. Nuestra vida era un cuento de hadas. Era tierno
chocó su coche de costado. Sobrevivió, pero
no se había ido, reemplazado por un monstruo plagado de un severo tra
podía desatarlo. Un libro mal colocado, una comida que
a pesada estatua de cristal, apuntando a la par
rumbó en el suelo. Sollozó, golpeándose la cabeza contra el piso de madera hasta san
é a su lado, mis propias lágr
. No te voy a deja
reía que su enfermedad era el enemigo, no él. Amaba al homb
a terapeuta brillante, reconocida por su trabajo con pacientes
nto, las cosas empezaron a cambiar. Damián comenzó
e desvió de m
que necesito si
que tus visit
compraba regalos caros, "por su excelente cuidado", decía. La defendía
a un lado y observaba la explosión con una mirada clínica y distante en su
mián entró, vio a Cristina llorando con un rasguño en el brazo, y me golpeó hasta dejarme inconsciente. Lo siguiente que supe fue que
recuerdo era tan vívido que
voz grave, trayéndome de vuelta al presente-.
irme ahora-. Su amor n
volver a ser un pájaro e
o necesito ayuda. Alguien a quien Damián
que encajaba en esa des
hos sentidos superaba, la fortuna de la familia Ferrer. Él y Damián eran rivales de
ptico-. Es un fantasma. ¿Por qu
certeza que me sorpre
uido a Damián. Había desenterrado cada crimen, cada secreto sucio de la
dícula por una simple pulsera que yo había donado, una pieza que mi madre me había dejado. El dinero se destinó a un hospital infantil. Más tarde
o, durante una década. Estaba apostando mi vi
s sonando extrañas y drásticas en mi lengua-. Es la única manera de esc
a extremidad de mi plan finalmente pareció hace
do de la puerta principal abr
cariño, y
taba solo. Podía oír los suav
ndo el terror y el odio en lo más profundo de mi se
no le llegaba a los ojos. Cristina estaba a su lado, mi
án, frunciendo el ceño con fingid
de cabeza -me
entira sin cuestionar.
un poco la garganta. ¿Podrías prepararle un té
a discutido. Habría señalado que teníamos personal para eso. M
de su mano, la fr
estaba a su lado, sus ojos brillando con una vict
nreí. Una sonrisa
puesto,
endo sus ojos en mi espalda. La mirada de Crist
a. Esto era sol