os latidos de mi propio corazón. Durante quince años, había sido la medicina vivi
a perfecta, una visión de belleza fría e impo
as sábanas de seda para cubrir mi pija
ó como a una sirvienta, después de haberse aferrado
a, con un chupetón visible en el cuello. Se burló de mí, y cuando derra
ana de la abuela Elvira. Damián, sin dudarlo, le creyó. Me obligó
gruñó, presion
lpa, cada palabr
gre para ella, por una
jo él, con la voz plana-
la chica que le h
unca se secaría. Había prometido que siempre me pro
ra que mantenía para su propia supervi
perada y arcaica de un "matrimonio de buena suerte" c
ítu
sa casona, un sonido que conocía mejo
e significaba que su cuerpo lo
, y mi sangre contiene lo único en el mundo que puede detener las convulsio
río y corazones aún más fríos, me mantenía aquí con ese únic
ga, mis pies descalzos silenciosos sobre el suelo helado. La casa
final del ala oeste. N
co destrozado en el suelo. Y en el centro de todo, en la enorme cama, Damián convuls
ío y penetrante, estaban desorbita
ecir, su voz un
den, no un
ban el suero de mi plasma, pero a veces, los ataques llegaban demasiado rápido. En esos momentos, solo mi presencia parecía calmar
o mi muñeca. Su agarr
amino -dije, tratando de manten
ndo de mí hacia
hueco de mi cuello, su aliento saliendo en jadeos entrecortados y calientes. Sus brazos me rodear
resión. Mi propia respirac
me estás
e. Este era el secreto que nadie fuera de la familia conocía. Mi presencia física, el simple hecho de que yo estuviera
, atesorando estos momentos violentos y desesperados porque eran las ún
la tormenta. El olor de su piel, una mezcla de loción cara
de la habitación se
die debía entrar du
a bata de seda se aferraba a su figura perfecta, su cabello rubio era un halo brillante, y su r
pertenecía a
or una claridad aguda y fría. Fue como si hubieran accionado un interruptor. Miró de la mujer a mí,
ó de un
ó las sábanas de seda, cubriendo mi pijama gastada y mis pierna
suave ahora, sin rastro de su a
bitación. Sus ojos me recorrieron con un desp
z como miel mezclada con hielo
bra me golpeó c
nrisa encantadora y fáci
a. Solo una
y dándome la espalda por completo
cientemente alto para que yo lo
, que había estado latiendo con miedo por él, ah
mi dirección sin siqui
a este desast
asado de aferrarse desesperadamente a mí para salvar su vid
lazados, dejándome sola en los escombros de
vado en mi piel, dejando moretones oscuros que a
da comparado con e
met
e había convencido de que su necesidad era una forma de a
e Alessia era un murmullo bajo, pero la respuesta
s por ella. Es solo la
de la se
ucidos a eso. Era una herramienta, una cosa para ser
Afuera, se desataba una tormenta. La lluvia comenzó a azotar l
a. Era su todo y
olo niños, me lo había susurrado después de un ata
Siempre había s
a criatura que mantenía para a
s de la lámpara de la alfombra cara. Un trozo de vidrio
muté. Estaba acos
brada a limpia
, mi sangre, la sangre que lo mantenía
él, Damián de la Vega, sonriendo para las cámaras, con la hermosa Alessia Sandoval del brazo.
tos juntos. Un
o de servicio. Un sollozo silencioso escapó de mis l
a la que me había aferrado durante quince años, e
. No podía seguir sien
y barato celular. Solo había un número
milia
, que estaba en coma. Lo habían llamado un "matrimonio de buena suerte", una creencia tradicional de que un
o, se sentía como m
i pulgar flotando sob
o su o
to. Estaba eligiendo cambiar una jaula por otra. Pero al
oné e