Isabela
jillas como si hubiera visto un fantasma. El pánico parpadeó en s
aces aquí?", tartamudeó,
aciló, aunque mis ojos eran como esquirlas de hielo. "Y más
ambio con gran interés. "Bela, ¿podemos hablar de esto más ta
voz peligrosamente suave.
a lo mejor", explicó, su voz bajando a un susurro conspirador. "Creen que, para que nue
palabras goteando condescendencia sobre mi "bajo" estatus de Omega. Creían qu
ión dolida. "Oh. Ya veo. Por
cardo. Apoyó la cabeza en su hombro, con una sonrisa triunfante en los labios. "Ricardo, ca
a que gritaba: "Es
Hablamos luego, Bela", me lanzó por encima del hombro,
pasado sola porque Eva enviaba un solo mensaje de Vínculo Mental y él corría a su lado
un lucrativo acuerdo con otro poderoso Alfa que quedó más que impresionado por el nombre del Panta
frío concreto del estacionamiento subterráneo, mi teléfono vibró.
lo 'entusiasta' que puede ser Ric